domingo, 25 de marzo de 2012

Elvas, la belleza de la diferencia cercana

Azulejería y estucos de la Iglesia de las Dominicas
Interesados como estamos en el mundo globalizado por conocer lo lejano, muchas veces se nos escapan las pequeñas maravillas que tenemos al lado, al alcance de la mano.
Esto es lo que a muchos nos pasa con la localidad portuguesa de Elvas. La tenemos tan próxima (suelo pasar por ella a menudo en mis rutas en bicicleta), hemos ido tantas veces a ver lo conocido, que nos sorprende por la cantidad de rincones por los que nunca habíamos pasado o de los que nunca nos habíamos percatado.
Afortunadamente hay asociaciones como la de la "Eurociudad Elvas-Badajoz", http://eurocidadeelvasbadajoz.blogspot.com.es/, que impulsa el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Extremadura, Luis Fernando de la Macorra, que con su actividad nos ayudan a paliar dicha carencia.
El profesor Luis Fernando de la Macorra (centro)
De su mano, con la colaboración de la Cámara Municipal de Elvas, http://www.cm-elvas.pt/elvas/ y el grupo de facebook "Fortificaciones abaluartadas de la Raya a Patrimonio Mundial, http://www.facebook.com/groups/209753179118352/, se realizó el sábado 24 de marzo una visita guiada en la que alrededor de un centenar de personas pudimos conocer con más detalles el patrimonio histórico y artístico de la vecina localidad.
La visita contó con la inestimable aportación, entre otros, de los historiadores portugueses Rui Jesuino y Arlindo Sena, que nos ilustraron de forma muy didáctica sobre múltiples aspectos de la historia y evolución de Elvas.
Curioso confesionario en la I. de Terceiros
El amplio recorrido incluyó la Catedral, la Plaza de la República, la picota (pelourinho en portugués), el Arco do Templo, la Iglesia de Santa María del Alcázar, del siglo XIII, que se levanta sobre una antigua mezquita; el Cementerio de los Ingleses, en el que reposan los restos de oficiales británicos fallecidos en la batalla de La Albuera contra las tropas napoleónicas; la Iglesia de los Terceiros, una auténtica explosión de barroquismo; el Convento de Santa Clara, la Iglesia del Salvador, varios tramos con restos de las dos murallas originales de la ciudad o la Biblioteca Municipal de Elvas, en la que se pudo acceder a su valioso fondo antiguo.
De todo lo visto, particularmente lo que me pareció más interesante fue la Iglesia de las Dominicas, de origen templario, con su rara planta octogonal, su azulejería y la decoración de estucos de estilo toscano; y la portada de la Iglesia de San Pedro, uno de los dos únicos ejemplos que hay al sur del Tajo de románico, en un edificio de transición entre este estilo y el gótico.
En fin, una deliciosa jornada, en la que pudimos descubrir una Elvas distinta a la habitual y con mucho encanto.

domingo, 11 de marzo de 2012

El garaje hermético de Jean Giraud bajó la persiana por última vez

Moebius ante una imagen de su obra "El Garaje hermético"
Sin temor alguno a equivocarme, puedo afirmar que hoy el mundo de la historieta ha perdido a uno de sus autores más influyentes de todos los tiempos: Jean Giraud. 
Con su fallecimiento a los 73 años desaparece uno de los creadores más prolíficos, versátiles e influyentes del denominado 9º Arte.
Estamos ante uno de esos casos de desdoblamiento de personalidad, en los que un autor es capaz de crear dos carreras paralelas y brillar con luz propia en ambas. Porque esa ha sido la realidad de Jean Giraud. Como Gir ha sido el creador visual de uno de los personajes del Oeste más famosos de todos los tiempos, El Teniente Blueberry, a partir de los guiones de Jean Michel Charlier. Como Moebius ha sido el creador de una de las galerías de personajes y mundos fantásticos más personales del siglo XX: "Arzach", "El Incal", "El Garaje hermético" o "Los mundos de Edena".
El Teniente Blueberry
Los aficionados a la historieta de finales de la década de los 60 del pasado siglo, conocíamos al personaje de Blueberry a través de las publicaciones de la Editorial Bruguera, que comenzó a recoger sus historias en diversas publicaciones como Bravo. Nos sorprendía la minuciosidad del estilo realista, el magnífico anclaje visual que contenía, que le daba una enorme verosimilitud y la depurada documentación de la que hacía gala para recrear ambientes, objetos, paisajes y perfiles psicológicos de los personajes. Y todo ello desde una postura descreida y antiheróica, en la que los límites entre el bien y el mal eran bastante difusos.
La primera aventura de Blueberry se publicó en 1964 en la revista Pilote y desde el primer momento empezó a influir en otros autores, que siguieron la senda estética que ya entonces perfilaba Giraud a sus 26 años.
Arzach
Pero el gran salto, lo que de verdad le elevó al nivel de mito, fue su irrupción en el ámbito de la fantasía y la ciencia ficción, bajo el seudónimo Moebius. Cuenta la leyenda que el 19 de diciembre de 1974, junto a Philippe Druillet, Jean Pierre Dionnet y Bernard Farkas, decidieron crear, a las 4 de la madrugada, el colectivo denominado Les humanoïdes Associés, a partir del que se crearía una de las revistas más emblemáticas de la historieta europea y mundial: Metal Hurlant. El material de esta publicación llegó a España el año 1977, a través de la Editorial Nueva Frontera y, más concretamente, de la revista TOTEM. Todavía recuerdo el enorme impacto que me ocasionó la revista, especialmente la primera entrega del Arzach de Moebius. Ahí había algo enorme, diferente a todo lo que había visto hasta el momento. Eso era sólo el primer paso para que lo considerase, como la mayor parte de los aficionados a la historieta, un autor de culto, con un mundo interior complejo y desbordante, en el que no dejan de adivinarse las distintas etapas vitales del autor, su coqueteo constante con las drogas, la influencia enorme que tuvo del chileno Alejandro Jorodowsky, su necesidad constante de reinventarse y buscar nuevos límites.
En el interesantísimo libro "Moebius entretienns avec Numa Sadoul", publicado por Casterman en 1991, en el que se recogen las entreveistas que este último le hizo a Giraud en marzo de 1974, septiembre de 1975 y del 18 al 21 de octubre de 1988, el propio autor habla de esa dualidad y de lo que cada una representa: Consideremos que Gir es mi estilo más definido. "Blueberry", a pesar de todas sus fluctuaciones, tiene una unidad, un marco preciso. De hecho se pone en escena de una forma muy natural desde el momento en el que yo he representado un universo existente en el western americano ... Moebius es todo lo demás: la yuxtaposición, el patchwork, el derrapage, el humor, el sueño, ..., la desviación.
Tron
La versatilidad de Giraud se demostró también en sus incursiones en el mundo del cine, participando como diseñador en películas como "Alien", "Tron", "Abyss", "El quinto elemento" o "Willow". 
Estamos, en definitiva, ante el adiós de un genio que contribuyó a consolidar la historieta (los cómics, la BD, los fumetti, los quadrinhos) como un medio de expresión capaz de trascender sus límites narrativos convencionales, para explorar nuevas fronteras expresivas y otras formas de reflejar en imágenes las complejidas del mundo interior. Ejemplo patente de esto último fue la libérrima interpretación que hizo de los códigos narrativos y estéticos en una de sus últimas grandes obras, "Inside Moebius", a modo de diario autobiográfico en imágenes.
No habrá mejor homenaje a Jean Giradud, Gir vs. Moebius, que releer y disfrutar una vez más sus magníficas obras, deleitarnos con su desbordante imaginación, su rigor artístico y su dominio de la pluma y del pincel.

miércoles, 29 de febrero de 2012

¿Y ahora adónde vamos?: sensibilidad y sencillez para una reflexión sobre el absurdo de la violencia religiosa

Desde hace bastante tiempo, el mundo del cine está presidido por las superproducciones, los efectos especiales, el 3D y otros muchos subterfugios que enmascaran una alarmante falta de ideas y de capacidad para contar historias. Por eso, cuando uno se encuentra con una película sencilla, rodada con pocos medios, pero que destila sensibilidad por los cuatro costados y que te hace reflexionar, uno olvida decepciones anteriores y se reconcilia con el séptimo arte.
Esto es lo que me ha sucedido hoy en Badajoz en la premiere de "¿Y ahora adónde vamos?", de la libanesa Nadine Labaki, que se estrena comercialmente en España el próximo viernes, día 2 de marzo. La iniciativa ha corrido a cargo del colectivo de profesores La Tribu 2.0., cuyo objetivo es la incorporación de la cultura audiovisual al mundo de la enseñanza.
"¿Y ahora adónde vamos?", se trata de una película sencilla, que discurre íntegramente en una pequeña aldea, en la que conviven en aparente armonía las comunidades cristiana y musulmana. El villorrio es una isla de calma en medio de un mundo convulso y de un país, Líbano, martirizado por décadas de luchas religiosas. Si se mantiene en pie es gracias al empecinamiento, esfuerzo y humanidad de las mujeres, sin distinción de credos ni condiciones sociales. Éstas, con grandes dosis de sentido común, no exento de humor, e ideas que en ocasiones rozan el surrealismo, son capaces de mantener a flote su mundo, pese a la obstinada reacción primaria de los hombres, siempre al borde del baño de sangre.
La directora Nadine Labaki, reconocida internacionalmente por su anterior trabajo "Caramel", consigue transmitir emoción y sensibilidad, sin caer en la sensiblería. Se nota su toque de mujer, ese punto que a los hombres quizás se les escapa, en la plasmación del sentimiento de pérdida por la muerte de un hijo o de un marido. Por eso las mujeres son las protagonistas, representan la fortaleza, el vínculo con la tierra y la sensatez, pero también la creatividad, la imaginación y la capacidad para asumir riesgos en la búsqueda de soluciones para sus problemas.
Por otra parte la película es un canto a la comunidad, a la convivencia entre las personas, por muy diferentes que puedan ser sus creencias, su condición económica, su nivel social, etc. Labaki nos hace reflexionar sobre lo absurdo de morir y matar por diferencias religiosas: es muchísimo más lo que nos une por el simple hecho de ser personas, que lo que nos pueda separar por creer en un dios u otro.
Todo ello aderezado por una magnífica fotografía de los paisajes áridos y semidesérticos que rodean a la aldea, una banda sonora y unas canciones que ayudan a crear el ambiente y el tono necesario en la película y unos actores suficientemente efectivos como para perfilar los rasgos psicológicos de los personajes, en especial de los femeninos. 
La verdad es que ha sido una experiencia reconfortante, que recomiendo a todos los que tengan la oportunidad de ver la película.

 

jueves, 9 de febrero de 2012

Contra el discurso único


Hace pocas fechas mi hija, con sus 17 años, me decía que le sorprendía mi optimismo y mi confianza en el ser humano, a la vista de las cosas que están ocurriendo en el mundo. Su razonamiento, lógico a su edad, me hizo reflexionar una vez más sobre lo que está aconteciendo en muchos ámbitos de la vida, desde el económico, al político, pasando por la economía, las relaciones internacionales, la cultura, etc.
La conclusión a la que llego es que nos están vendiendo un producto contaminado, pasado de fecha, pero que lo estamos comprando resignadamente, casi sin atrevernos a levantar un poco la voz para quejarnos, no vaya a ser que los augurios de que todo puede ir a peor se confirmen. Y, sencillamente, empiezo a estar harto.
Harto de que nos acogoten, de que pretendan meternos el miedo en el cuerpo para dejar la vía expedita a los adalides del liberalismo económico y social, aquellos que piensan que la esencia está en la individualidad y que quien tiene medios y posibles debe emplearlos en beneficio propio y que los demás se apañen.
Hastiado de la voracidad de los inversores, ávidos de beneficios (por eso invierten y prestan dinero), pero que rehúyen el riesgo de la apuesta y pretenden salvaguardarse a costa de hundir en la miseria a países enteros.
Cansado de que señores encorbatados con sueldos que suman varios cientos de miles o millones de euros, nos digan que no es posible mantener nuestro fantástico Estado del Bienestar. Ese que nos garantiza la extraordinaria suma de 641,40 € como Salario Mínimo Interprofesional. Ya sabemos todos que con esa cantidad cualquier familia sale adelante pagando vivienda, agua, luz, gas; además de comer, afrontar gastos como los escolares, vestimenta, transporte, etc. ¡Todo un lujo, dónde vamos a parar!
Indignado con un sector financiero que se ha lucrado constantemente a nuestra costa (no es verdad que nos haya hecho favor alguno, porque todo lo hemos tenido que pagar), y que ahora aduce dificultades y restringe el crédito. Aunque bien pensado, quizás los pobres tengan razón y las cosas les estén yendo muy mal. Porque vaya miseria han sido los 4.015 millones de euros obtenidos por el BBVA en 2011. Y qué decir de la porquería que representan los 5.351 millones de euros logrados por el Banco de Santander, o los 1.291 millones de euros de CaixaBanc (La Caixa). Ciertamente somos muy injustos pidiéndoles que hagan fluir el crédito para que familias y pequeñas empresas puedan salir adelante y contar con una liquidez hoy por hoy inexistente.
Saturado de la campaña en contra de todo lo que tenga que ver con el sector público, como si ahí estuvieran los grandes males, mientras se prepara el terreno para ampliar aún más la privatización en sectores como la educación, la sanidad, los servicios sociales, etc. Todavía me ha de demostrar alguien que, como norma, es mejor lo privado que lo público. Quizás haya quien se crea que es mejor esperar 3 meses a obtener cita de un oftalmólogo privado (que cobrará un ojo de la cara), que esperar el mismo tiempo para una cita en la sanidad pública.
Ahíto de que nos tomen por el pito del sereno (con todos mis respetos al extinto gremio de los serenos) y de que nos cuenten trolas y nos las traguemos a sabiendas de su falsedad, como que dejando fuera de juego a Zapatero se solucionaban todos los problemas de este país, el dinero fluiría, el trabajo afloraría, la economía crecería y todos estaríamos instalados, como prometió Rajoy, en la ¡felicidad!
Aburrido de que, como siempre, los ciudadanos, los trabajadores, seamos el chopped (la economía no da para jamón) del bocadillo y seamos los primeros a los que hay que recortar, en servicios, en prestaciones, en salarios y en derechos, porque somos unos manirrotos y así nos va. Y de que los empresarios (algunos, pues hay de todo en la viña del señor) siempre quieran abaratar el despido y facilitarlo, cuando la realidad cotidiana es que cualquier empresario sin escrúpulos puede tener atado a un trabajador durante meses (por no decir más tiempo), sin abonarle un salario y sin despedirle, condenando a familias enteras a la precariedad absoluta.
Irritado con el permanente desenfoque en el tema de los impuestos. Sí, yo quiero pagar (y pago) mis impuestos. Quiero contribuir con mi aportación a que todos tengamos acceso a una buena sanidad pública, a una buena educación pública, a unas buenas infraestructuras públicas, a unos buenos equipamientos y programaciones culturales, a una cobertura social para aquellos que han tenido menos posibilidades por múltiples circunstancias, etc. Ahora bien, lo que quiero es que ese dinero se gestione con eficacia y eficiencia. Y lo que también quiero es que los que más tienen contribuyan más, pues es la forma de equilibrar la sociedad. Y que no nos sometan al chantaje de llevarse el dinero fuera si tienen que pagar más impuestos. Por cierto, el problema de Grecia estaría resuelto si todo el dinero defraudado fiscalmente por las grandes fortunas y empresas, no se hubiera evadido y se hubiera reinvertido en beneficio del país y no de sus propietarios.
Desencantado, al fin, con las derechas conservadoras que siguen haciéndonos creer que se preocupan por la sociedad, cuando lo que hacen es defender y proteger sus intereses. Y con las izquierdas progresistas, incapaces de generar ilusión y nuevas ideas para los que creemos que la sociedad es algo más que una suma de individualidades aisladas. Además éstas, muchas veces, acaban haciendo el trabajo sucio a la derecha o allanándole el camino.
Saciado de la inoperancia de las instituciones internacionales; de la incapacidad para erradicar la violencia en el mundo, porque entre otras cosas hay que mantener la industria armamentística y seguir garantizando el mercado del coltán, de los diamantes y de otros productos estratégicos, aunque los habitantes de los países productores no obtengan ni las migajas; de la hipocresía mundial, por la que los derechos humanos y las dictaduras tienen gradaciones en función del volumen de negocio que pueden propiciar.
Etc., etc.
Y sin embargo creo en la fuerza de transformación de la gente.  Por eso espero poder ver el momento en el que la capacidad de raciocinio, la educación y la formación acumulada durante siglos (pese a los recortes que nos quieren imponer), nos permitan ver más allá de nuestras cortas narices y entendamos que estamos todos en el mismo barco y que formamos una sociedad planetaria. Y que no podemos seguir permitiendo que el enorme beneficio de unos pocos se sustente sobre las enormes penalidades de una inmensa mayoría.
Dato final: el consumo de artículos de lujo en el mundo creció en 2011 un 10% y en España el sector de los vehículos de alta gama subió las ventas en un 83%.  

jueves, 19 de enero de 2012

75 Aniversario de RNE

Inauguración de los estudios de RNE en Badajoz, 28 de noviembre de 1990
Hoy se cumple el 75 Aniversario de RNE, en un largo recorrido que le ha llevado desde su nacimiento, como herramienta de propaganda de los golpistas levantados en armas contra el gobierno constitucional de la República, hasta nuestros días, como canal público al servicio de una sociedad democrática como la española.
Amante como soy de la radio y como medio de comunicación en el que hice algunos de mis primeros pinitos periodísticos, hoy no puedo por menos que recordar mi paso por RNE, en uno de los períodos profesionales más gratificantes de mi vida.
Durante siete años, entre abril de 1989 y agosto de 1996, tuve la fortuna de trabajar en RNE. Primero como director de la emisora de Plasencia. Después como director de la emisora de Badajoz, en sustitución de un histórico de las ondas extremeñas, como mi apreciado Manolo Pérez. Más tarde, ya en 1993, me hice cargo de la dirección de la emisora de Cáceres, junto con la dirección territorial de RNE en Extremadura, relevando a uno de mis maestros en la profesión, Antonio Villalobos.
De esos años guardo recuerdos imborrables, que he rememorado hoy revisando viejas fotos de entonces, de las que todavía conservamos en álbumes que no requieren de un ordenador para contemplarlas.
Aparte de multitud de anécdotas, de momentos buenos y malos en lo profesional, lo mejor, como siempre ha sido en mis trabajos, lo encontré en la gente con la que tuve la enorme suerte de coincidir durante esos años. Compañeros de trabajo en Plasencia, Badajoz y Cáceres, de los que aprendí mucho y a los que traté de coordinar (pues de eso se trata el ejercicio de la dirección) de la forma más acertada posible. Algunos de ellos siguen al pie del cañón, otros tuvieron que dejarlo en su mejor madurez por culpa de esos ERE que los sacaron del mercado laboral con apenas 50 años. Y también alguno nos dejó para siempre. La lista es larga y no quiero enumerarla por no olvidarme de algunos, pero no quiero dejar de mencionar a gente como Matilde Vázquez, Pepa Bueno, Mª Ángeles Mayorga, Paco Mateos, Florentino Velaz, Carmen Iglesias, César Serrano, Carmen Herrero, José Antonio Lagar, Cele Gómez, Antonio Macedo, Manuel Macías, Nono, Inmaculada López y Víctor Paredes entre otros.
Como ya he dicho, fueron muchos los momentos vividos con intensidad, pero recuerdo especialmente, por la apuesta de modernización que supusieron, la inauguración de los nuevos estudios de la emisora en Badajoz, el 28 de noviembre de 1990, pasando a ocupar las actuales instalaciones de la Plaza de España. O el traslado de los estudios de la emisora de Cáceres, desde la Avenida de Alemania, hasta los antiguos locales ocupados por Radio Cadena Española en el complejo San Francisco, paso intermedio hasta la llegada, ya posterior, a los actuales de la carretera de Salamanca.
En cuanto a la labor informativa, propiamente dicha, disfruté muchísimo el tiempo de Plasencia. Una emisora pequeña, con un puñado de personas que éramos más amigos que trabajadores, en el que todos dábamos el callo. En esa época intentamos expandir la actividad por todo el norte de la provincia, y así hicimos programas en directo en los carnavales de Navalmoral de la Mata, o en el poco conocido entonces Carnaval de las Ánimas de Villar del Pedroso, en la comarca de La Jara Extremeña.
Posteriormente, en Badajoz y Cáceres, las cosas adquirieron otra dimensión. Me viene a la memoria el ascenso del C.D.Badajoz a segunda división, con un memorable triunfo ante el Cartagena, que narramos por triplicado Manolo Pérez, José Antonio Lagar y yo.
También la caída de Montserrat Caballé en el Anfiteatro Romano de Mérida, en julio de 1990, al final de la representación del ballet “Romeo y Julieta” dirigido por Rostropovich. Fue una noche especialmente larga, en la que estuvimos acompañando a Ángeles Mayorga y Nono, nuestro técnico, en la emisora de Mérida, mientras se preparaban y enviaban multitud de crónicas sobre lo ocurrido.
Y otro recuerdo muy presente es el trágico accidente que se produjo mientras se trabajaba en las obras de perforación del túnel de Miravete. Fue en febrero de 1994 y en el mismo fallecieron 4 trabajadores y otros 3 tuvieron graves lesiones. En una época en que apenas había móviles, conseguimos contactar con Carmen Iglesias, que iba en la unidad móvil que había estado cubriendo los carnavales de Navalmoral de la Mata. A partir de ahí fueron horas de tensión informativa que nos hizo pasar muchas horas en guardia.
Estos y otros muchos forman mi galería de recuerdos, junto con infinidad de personajes con los que tuve el privilegio de coincidir, a los que entrevisté o a los que conocí durante mis años de permanencia en RNE. Por lo tanto, de algún modo, hoy también me siento partícipe de la enhorabuena por este 75 aniversario.

domingo, 15 de enero de 2012

Aya de Yopougon, un ejercicio de cotidianeidad sobre África


Cuando hablamos de estereotipos aplicados a un continente, debemos convenir en que África se lleva la palma. Desde nuestra atalaya occidental la imagen que se difunde del continente africano está habitualmente asociada a realidades estigmatizantes, como hambrunas, guerras civiles, matanzas, costumbres de una crueldad a la que nos sentimos ajenos, la miseria como paradigma de vida, etc.
Todo esto es lo que se derrumba como un castillo de naipes con la lectura de “Aya de Yopougon”, la historieta creada por la costamarfileña Marguerite Abouet, con dibujos del francés Clément Oubrerie, por la que obtuvieron en 2006 el premio al Mejor Primer Álbum del Salón de la B.D. de Angouléme. Editado en España por Norma Editorial, en su colección Nómadas, en 2011 se ha publicado el sexto y último volumen de la serie.
Aya de Yopougon” es un auténtico baño de vida cotidiana, que resulta sorprendente para quien está acostumbrado a recibir casi siempre noticias negativas y pesimistas sobre la realidad de África. Ambientada en 1978, lo que hace Abouet en su obra es narrar, simple y llanamente, la vida cotidiana de Yopougon, uno de los barrios de Abidjan, la capital de Costa de Marfil. Las protagonistas principales son tres chicas jóvenes, Aya, Bintou y Adjoua. Las tres son amigas, cada una con sus sueños y problemas particulares, desde la que quiere estudiar medicina, hasta la que quiere pescar a un buen marido para vivir de rentas, o la que tiene que enfrentarse al problema de una maternidad prematura.
Con sus toques de humor e ironía, lo que realmente descoloca al lector es la frescura y sensibilidad con la que se tratan las situaciones que se plantean, que podrían perfectamente corresponderse con las de cualquier pueblo o ciudad de nuestro mundo occidental: amores y desamores, discusiones familiares, fiestas, concursos de belleza, problemas laborales, la homosexualidad, infidelidades maritales, mujeres reivindicativas, hijos de ricos empresarios viviendo del cuento, bodas, colas en las burocratizadas oficinas administrativas, confidencias alrededor de una bebida, dificultades económicas, rigores paternales, tradiciones funerarias, etc.
Todo ello apoyado en el dibujo realista de Oubrerie, realmente eficaz tanto en la descripción visual de objetos y los ambientes, como en la plasmación de la personalidad de los personajes.
Como complemento, cada uno de los volúmenes de “Aya de Yopougon”, incluye al final unas cuantas páginas en las que se describen costumbres culturales y gastronómicas de Costa de Marfil. Una información adicional interesante, que nos permite aproximarnos mejor todavía al contexto en el que desenvuelven los protagonistas de la historia.
Para esta primavera de 2012 está previsto que se estrene una versión en dibujos animados, dirigida por sus propios creadores.

viernes, 6 de enero de 2012

Las marcas territorio en tiempos de crisis

Ayer publiqué en el diario HOY el artículo "Las marcas territorio en tiempo de crisis" cuyo contenido reproduzco a continuación.

¿Todo es recortable en el marco de la actual crisis tecnoeconómica occidental (en terminología del pensador francés Edgar Morin)? Parece que hay acuerdo generalizado en que no se pueden tocar pilares básicos para el equilibrio social, como la sanidad y la educación, pero ¿todo lo demás sí?, aunque se trate de elementos que en sí mismos son generadores de riqueza material. Pues no, no todo es recortable. Considero que es un error hacerlo, por ejemplo, con la imagen de marca de países, regiones o ciudades o, por utilizar el término genérico que las engloba a todas: la marca territorio.
Cuando hablamos de territorio nos referimos a la conjunción entre la realidad geográfica (espacio físico) y la realidad humana y social (espacio emocional). Su marca es, entre otras cosas, la percepción que se tiene del mismo. Una percepción que engloba un conjunto de elementos como la identidad, los valores que representa, el lugar que ocupa en nuestro mapamundi mental, la tradición histórico-cultural a la que lo asociamos, etc. Cuestiones todas ellas que se vinculan frecuentemente con los estereotipos existentes respecto a tal o cual territorio. Esa es una de las razones de fondo que explican que en la actual crisis (o más bien en las distintas crisis encadenadas que llevamos arrastrando desde 2008), muchas veces no basten los datos objetivos para explicar algunas situaciones.
Si hablamos del caso de España, bastantes de los datos económicos son suficientemente buenos como para garantizar la cacareada credibilidad ante esos entes abstractos que son los mercados y ante las descaradas agencias de calificación. El déficit fiscal y la deuda pública de España son sensiblemente inferiores a la de los Estados Unidos y a la de Gran Bretaña. Y sin embargo la confianza en nuestro país se resiente de forma evidente, cosa que no ocurre en gran medida con otros. ¿Por qué? Por los estereotipos que condicionan la percepción sobre la marca territorio de España. Los mismos que hacen que sigamos confiando en la fiabilidad y seguridad de los productos alemanes (pese a la pésima gestión que han hecho de crisis alimentarias como la de los pepinos infectados de E.coli), en el irresistible diseño que acompaña a todo lo italiano (que explica que empresas textiles españolas hayan italianizado su nombre: Roberto Verino, Victorio & Lucchino, Massimo Dutti), que veamos todo lo chino como sinónimo de producto barato y de escasa solidez o que nos ofrezca más garantías un reloj fabricado en Suiza que otro producido en Corea del Sur.
Es por ello que pese a la crisis, y a todas las ofrendas que se hacen ante el nuevo dogma de la austeridad y los recortes sistemáticos, sigue siendo necesario, e incluso imprescindible, desarrollar una adecuada estrategia de marca para los territorios, cada uno de acuerdo a su contexto y necesidades. Conceptos como la imagen global, los elementos de diferenciación respecto a los competidores, la reputación o la relevancia de un territorio, son factores clave para lograr una mejor o peor posición relativa en estos momentos y, casi más importante, para cuando llegue la ansiada salida del túnel.
Así lo han entendido algunos gobiernos nacionales, regionales y locales, que ven el fortalecimiento de su marca territorio como una inversión de futuro y no como un gasto, porque entre otras cosas el futuro llegará y hay que estar preparado. Un ejemplo reciente es el de Castilla y León, donde la Junta anunció, a finales de noviembre pasado, que va a dar un nuevo impulso a su proyecto de marca territorio para los cuatro próximos años, reforzando su carácter de estrategia de comunicación integral. Y también lo ha hecho el nuevo gobierno de Mariano Rajoy, llamando la atención sobre la necesidad de fortalecer la Marca España. Por su parte Barcelona, una ciudad que desde hace décadas ha apostado por su marca territorial, sigue renovándola y actualizándola permanentemente, ahora con el concepto de “Barcelona Economic Triangle” y el lema “Centro Mediterráneo de la Innovación”.
Ahora bien, cuando hablamos de marca territorio, nos estamos refiriendo a proyectos de gran profundidad y calado, que requieren de tiempo, esfuerzo, coordinación y coherencia. Proyectos que tienen que ser cooperativos y colaborativos, con la necesaria implicación de toda la sociedad de un territorio, de todos los agentes económicos, sociales y culturales, pero con el inequívoco y valiente liderazgo de las instituciones. Los proyectos de marca territorio son mucho más que unas bonitas campañas promocionales, publicitarias o de imagen, vinculadas normalmente al turismo o a los productos gastronómicos, en las que desgraciadamente se quedan muchas veces. Realmente son bastante más que una herramienta a nuestra disposición, son una forma de entender estratégicamente el desarrollo de un territorio, potenciando su confianza y autoestima en el ámbito interno del territorio, y el interés y reconocimiento a nivel externo.
Las percepciones sobre los territorios están ancladas en el imaginario colectivo y en nuestro subconsciente. Por eso es necesario trabajar desde dentro para modificarlas y poder proyectarlas creíblemente hacia fuera. Y sobre todo hay que cambiarlas entre las generaciones que en 5, 10 o 15 años, tendrán la capacidad de decisión política, económica y cultural. Este es realmente el reto. Quien hoy lo aborde con decisión estará mejor preparado para afrontar un mañana lleno de incertidumbres, pero en el que cada territorio tendrá que buscar su lugar al sol, si quiere hacer algo más que sobrevivir.