
Es una obra sobre la emigración europea de finales del XIX y principios del XX a América, entonces tierra de promisión para el viejo continente, azotado por hambrunas, interminables guerras y escasez de oportunidades para las clases más humildes. Un tema que está de plena actualidad en estas fechas y que una vez más nos demuestra la escasez temporal de nuestra memoria de nuevos ricos, ahora venidos a menos.
Es un libro de reflexión sobre la condición del ser humano, sobre sus éxitos y fracasos como individuo, sobre sus miserias y traiciones, y, en especial, sobre ese dejarse llevar por las circunstancias, ese renunciar a las ilusiones propias, a la felicidad, en beneficio de una seguridad y de un estatus social.
Todo esto lo presenta González aderezado por el retrato de distintos momentos de la vida en el Buenos Aires del siglo XX, con el submundo asociado a la música del tango, a los políticos corruptos y mafiosos, a las élites económicas que viven y gozan mientras su entorno se derrumba. Y presente, tanto en el título, como en la propia obra la música del bandoneón, del fueye, auténtica pieza angular de la historia, hilo conductor de la misma, y elemento de redención personal.
Todo este ambiente, que oscila entre la sordidez y la opresión, entre la monotonía y la pasión, lo plasma magistralmente Jorge González con el uso de tonos tierra, y un trazo efectista, expresionista por momentos, sucio y descuidado en general, detallista en algún instante; combinando viñetas de gran formato que ocupan dos páginas, con otras quasi microscópicas buscando la reiteración rutinaria de la vida cotidiana.
Debo decir que sin duda me ha gustado y me parece una de las obras más interesantes, conceptual y gráficamente, de cuantas he podido ver en los últimos tiempos. Desde mi punto de vista, altamente recomendable.