viernes, 23 de febrero de 2007

La voracidad urbana vista por los humoristas gráficos

El vestíbulo de la Biblioteca Regional de Extremadura, en el recinto de la Alcazaba de Badajoz, acoge, hasta el próximo 7 de marzo, la exposición de las obras presentadas a la edición 2006 del concurso de Humorismo Gráfico Iberoamericano, organizado por el Centro Extremeño de Estudios y Cooperación con Iberoamérica (CEXECI), el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Guadalajara (México) y la Feria Internacional del Libro de esta última ciudad. El tema de esta edición ha sido la reflexión sobre la voracidad urbana.

La exposición se inauguró en un acogedor acto que contó con la presencia, entre otros, del embajador de Chile en España, Osvaldo Puccio Huidobro; el director del CEXECI, Miguel Rojas Mix; y el secretario general de la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, Agustín Sánchez Moruno. También estuvo presente un buen número de chilenos residentes en la región extremeña, que estuvieron especialmente contentos por la asistencia de su representante diplomático.

La razón de tanto protagonismo chileno no es otra que el ganador del certamen, en su apartado de artistas profesionales, ha sido el dibujante José Palomo Fuentes, con la obra Traga, traga.

Palomo, como suele firmar sus obras, es un veterano autor nacido en 1943 en Santiago de Chile que tuvo que exiliarse a México en 1973 como consecuencia del golpe de Estado de Pinochet. Colaborador habitual de periódicos y revistas de varios países, su obra más conocida es la tira titulada El Cuarto Reich.

Quien se acerque a la exposición podrá ver trabajos de 58 artistas profesionales y 24 noveles, provenientes de España, México, Chile, Nicaragua, Cuba, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Polonia, Alemania, Costa Rica, Portugal, Uruguay, Panamá y Perú.

Todos ellos, profesionales y noveles, realizan a través de sus dibujos una profunda reflexión sobre el fenómeno del incesante aumento de la agresividad y hostilidad que las grandes ciudades generan hacia las personas.

Aún así resulta curiosa la diferencia que se establece entre los dibujantes españoles y el resto. Mientras los primeros muestran como temática recurrente la problemática de la vivienda en nuestro país, la dificultad de acceso a la misma y la especulación urbanística; los segundos se vuelcan en el proceso de desarrollo de las grandes megalópolis, a las que casi dan consistencia vital, como si se tratase de grandes monstruos inhumanos.

En definitiva, se trata de una exposición altamente interesante, que sin duda nos hace pensar sobre el espanto de mundo que estamos configurando.

martes, 20 de febrero de 2007

Cómics, arte para el consumo y formas "pop": reedición inesperada

El escritor Terenci Moix, además de sus facetas como novelista, autor teatral, traductor y mitómano cinematográfico; exploró otros caminos, como el del análisis y la investigación sobre la narrativa dibujada. En 1968 publicó Cómics, arte para el consumo y formas “pop”, uno de los primeros libros teóricos sobre el medio que aparecieron en España. Ahora, casi 40 años después, Ediciones B lo ha reeditado, pero cambiándole el título original por el de Historia social del cómic, una bobada como otra cualquiera.

Aún así, salvando la distancia temporal, es un libro muy interesante con el que me encontré en mis primeros escarceos como aficionado al estudio de los tebeos. Refiriéndose a la influencia que los clásicos como Alex Raymond, Burne Hoggarth, Harold Foster o Milton Canniff, tuvieron sobre los niños españoles de la posguerra, Terenci se mojaba con comentarios como el siguiente: “El cómic clásico fue, para el niño español de los primeros años 40, el gran refugio en un mundo hundido en el pesimismo. Lo mismo que habían sido, diez años antes, para el americano medio de la era de la depresión. Pero el cómic nativo, para el niño de los primeros años cincuenta, ya fue opio”.

Su análisis de la Escuela Bruguera, su visión del contexto social en el que se desarrolló y sus teorías sobre la homosexualidad de los superhéroes, le confieren un atractivo que no ha mermado con el paso del tiempo.

domingo, 18 de febrero de 2007

Trazo de tinta

Bajo este título quiero abrir este rincón personal dedicado a aquellos temas que me invitan a la reflexión y al comentario, en especial los que tienen que ver con el periodismo y los tebeos, no en balde son los dos ámbitos en los que mayor actividad he desarrollado en mis 47 años de vida. También estará presente la actualidad, los viajes y alguna afición deportiva como el ciclismo,

El título tiene que ver con el acto de quebrar el espacio inmaculado de un papel, real o virtual, en el momento de empezar a escribir o a dibujar. También es un homenaje a una de las obras de Miquelanxo Prado, Trazo de tiza, uno de los mejores autores españoles contemporáneos de historietas, con el que ya hace unos años tuve la oportunidad de coincidir en varios salones, entre ellos el de Angoulême (Francia) y el de Barcelona. Finalmente, la tinta es el recuerdo, la referencia a la infancia perdida, la huella de su olor en las viejas rotativas de la calle Tallers de Barcelona, donde se imprimía el periódico El Mundo Deportivo, al que solía acudir de la mano de mi padre y de mi abuelo, ambos junto a mi tío, periodistas del mismo.

Una última acotación inicial. No me habría atrevido a poner en marcha este diario cara al público si no hubiera sido por los ánimos e insistencia de mi amigo y compañero José María Lama, uno de mis mejores descubrimientos personales de los últimos años.