lunes, 3 de abril de 2017

Actualidad social vestida de novela negra en “Tros”, de Rafael Vallbona


Rafael Vallbona, con su nueva novela. FOTO CEDIDA.

Debo iniciar este texto haciendo una advertencia al lector: Rafael Vallbona es amigo íntimo desde la infancia y he leído la práctica totalidad de su extensa producción literaria. Eso me hace una voz poco objetiva para juzgar su obra. Pero, al mismo tiempo, me convierte en una opinión autorizada para valorarla, ni que sea por conocimiento del autor y de sus criaturas literarias.

Y he de decir que su última novela Tros (Pagès Editors, 2017. Col.lecció Lo Marraco) me parece una de sus mejores creaciones, de las mejor hilvanadas. En ella la narración se entremezcla, de forma fluida y nada forzada, con las reflexiones de carácter vivencial y filosófico que hacen los personajes. He disfrutado mucho con la lectura de esta historia, que el autor califica como un tex-mex a la catalana. Enseguida me sentí sumergido en ese territorio, habitualmente árido, de las comarcas leridanas del Segriá y les Garrigues. Será porque a finales del año pasado realicé una ruta en bicicleta con el propio Rafael Vallbona, por zonas de Lleida parecidas a las que enmarcan la acción de Tros. Con ella ha ganado la XXV edición del premio más antiguo de novela negra que se concede en Catalunya, el Ferrán Canyameres, convocado por Òmnium Cultural de Terrassa.

Territorio


El caso es que el territorio, la tierra, aquí identificada como el trozo de campo al que al agricultor une su existencia, es -así lo veo yo-, uno de los personajes, sino el principal de esta novela. Sobre ese escenario, a lo largo de una densa noche, se entretejen las idas y venidas de una variopinta galería de personajes: padre e hijo, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, somatenes y mossos d’esquadra, inmigrantes y paisanos, autoridades y ciudadanos… Todo enhebrado en torno a la difícil relación entre un padre y un hijo. Por una parte, un padre campesino, arraigado, no solo al terruño físico, sino también al terruño emocional. Por otra, un hijo desubicado, que regresa de una emigración decepcionante al mundo urbano, sin encontrar su lugar en el mundo rural del que proviene. Y el rodar del tiempo, de los recuerdos, de las confesiones, de los malentendidos que fueron y de las disculpas y perdones que llegan tarde.

Retrato social

Con los ropajes de una novela negra, en la que desde el primer momento sabemos lo que ha ocurrido, Rafael Vallbona va perfilando, poco a poco, un retrato de nuestra sociedad actual. Quizás centrada en la Catalunya de hoy en día, pero en muchísimas cosas, extrapolable a cualquier otro punto del mundo occidental. La incomprensión generacional y la dificultad de relación paterno filial, el choque entre los hábitos urbanos que se expanden por todas partes y un mundo rural que se resiste a morir, los habitantes de ambos mundos que se sienten náufragos en unas sociedades que les desbordan, los recortes que sirven para desmontar los escasos resortes de un presunto estado del bienestar, emigrantes rechazados por los que en su día también emigraron, amores callados en un mundo de apariencias y falsedades…

En la contra de la obra, una frase que a mi parecer sintetiza muy bien lo que plantea Tros: I la boira glaçada que cobreix el país com una flassada que asfixia: massa ànsia per a tan poques sortides / Y la niebla helada que cubre el país como una manta que asfixia: demasiadas ansias para tan pocas salidas.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Perramus, obra cumbre sobre la dictadura argentina


Conocí al argentino Juan Sasturain en 1996. Fue en Jarandilla de la Vera (Cáceres), en el marco del curso iberoamericano de verano titulado 100 años de narrativa dibujada, organizado por el CEXECI (Centro Extremeño de Estudios y Cooperación con Iberoamérica), con motivo del centenario oficioso de los cómics. Aquél curso, que codirigimos el profesor Alejandro Pachón y un servidor, reunió en tierras extremeñas a buena parte de lo más granado de la historieta española e iberoamericana, desde dibujantes a guionistas, pasando por divulgadores y teóricos.
Cuando Sasturain participó en el curso, ya hacía 7 años que había finalizado la que, para muchos, es una de las obras cumbre de la historieta mundial: Perramus. En ella se encargó de los guiones. La parte gráfica estuvo a cargo del extraordinario maestro uruguayo Alberto Breccia (Vito Nervio, Mort Cinder, Richard Long, La vida del Ché, Un tal Daneri, Los mitos de Cthulhu, y la nueva versión de El Eternauta).

Edición integral

Sirva esta pequeña excursión por los recuerdos personales para comentar la gran oportunidad que, desde hace unos meses, tienen los aficionados para redescubrir esta obra culmen de la narrativa dibujada mundial. Se trata de la versión integral publicada en abril pasado por 001 Ediciones, editorial con sede en Torino (Italia), pero coordinada desde España. Estamos ante una magna obra, de grandes dimensiones, con casi 500 páginas. En este volumen se incluyen las cuatro partes que en su día se publicaron de forma episódica en diversas revistas europeas y argentinas: El piloto del olvido (1984-1986), El alma de la ciudad (1984), La isla del guano (1986-1987) y Diente por diente (1988-1989). Esta edición cuenta con un texto introductorio del crítico Ángel de la Calle, fundador entre otras iniciativas de la Semana Negra de Gijón. Asimismo, nos encontramos con textos de los propios autores, que en cada momento acompañaron las diferentes etapas de la obra, y también de estudiosos como Javier Coma (1986) o Andreu Martín (1993).

Mariscales y culpas

En 1986, en los preliminares del primer capítulo, el escritor y periodista argentino Osvaldo Soriano escribía: La primera obra cumbre sobre la dictadura argentina está aquí, en este libro de imágenes inquietantes como las pesadillas del amanecer. Son muchos los análisis y estudios existentes sobre Perramus, por lo que me abstengo en repetir lo que tantos otros han dicho sobre él. Sin embargo, como lector que revisita años después partes de esta obra, coincido en el ambiente de inquietud que uno tiene cuando va pasando las hojas y sumergiéndose en el mundo ideado por Sasturain y plasmado visualmente por Breccia. La cadavérica presencia de los esbirros de los mariscales, el permanente juego de sombras, difuminados, emborronados, collages, blancos, negros y la múltiple escala de grises, confieren a su lectura un constante estado de vigilia, de alerta, de desasosiego. Nada es lo que parece visualmente. Tampoco narrativamente, fluyendo la acción -pues no deja de tener un importante componente de aventura- entre una hipotética realidad y una fantasía imaginada, que deviene por momentos en real. Por las páginas de los diferentes capítulos deambula un Borges vidente, un reconocible Henry Kissinger (bautizado como Mr. Whitesnow -Blancanieves-, acompañado de sus correspondientes 7 ayudantes), Fidel Castro, María Kodama, García Márquez o Frank Sinatra, entre otros.
No estamos ante una obra que se deba leer a la carrera. Sus páginas nos invitan a demorarnos en sus imágenes, a recrearnos y reflexionar sobre muchas de las frases que pronuncian sus personajes. De hecho, Perramus es uno de esos libros de historietas a los que uno vuelve periódicamente para hallar nuevas lecturas y enfoques, o para refrescar pensamientos e ideas. Eso es lo que le da su carácter intemporal, pese a estar enmarcado en una época y un tiempo muy concreto, pero que por desgracia nos resulta demasiado actual.   

Nombre de etiqueta

Una de las grgandes curiosidades de la obra de Sasturain-Breccia, es el nombre del personaje: Perramus. ¿Dónde está su origen? En la página 7 del primer capítulo de la primera parte, el protagonista, plenamente inmerso en el olvido de su personalidad, es renombrado con la marca de un chaquetón de marino que je han prestado. Pues bien, el caso es que dicho nombre se corresponde, efectivamente, con el de un tipo de prendas marineras. De hecho, hoy en día sigue existiendo una marca argentina de ropa que se llama Perramus, fundada en 1922. Está dedicada, entre otras cosas, a la fabricación de pilotos, prendas de abrigo originariamente fabricadas con gruesas telas impermeables, en este caso provenientes de la localidad de Perram, en País de Gales.