Salgo de casa y enfilo hacia el centro de Badajoz por una avenida sazonada de rotondas. A sus márgenes, una sucesión de vallas publicitarias de todo tipo que en estas fechas mudan su habitual faz comercial por la de otro tipo de transacción: la electoral.
Veo a Miguel Celdrán, con un aire retocado que recuerda a un viejo personaje televisivo, el doctor en medicina Marcus Welby (que llegó a tener al mismísimo Steven Spielberg como director de uno de sus capítulos). Lo veo, dos, tres, ..., cuatro veces en un tramo relativamente corto.
A su lado, con un aire más señorial, propio casi de uno de los culebrones vespertinos que nos ofrecen las emisoras de televisión, Carlos Floriano. Y más Carlos Floriano, y más, y más ... y más, pero diferente, todavía con los mensajes del inicio de la precampaña, con diseños e imagen totalmente distintos (después hablan los entendidos de la necesidad de no despistar al personal con la dispersión de mensajes).
Y a todo esto ¿dónde están los candidatos del PSOE?. ¿Dónde están Guillermo Fernández Vara y Paco Muñoz?.
Unos cuantos metros más allá hay una valla del candidato a la presidencia de la Junta de Extremadura. Aspecto pulcro, pero con la expresión un poco forzada. Hay quien dice que con demasiado aire de niño bueno, como Pedro, el de Heidi.
El caso es que en mi recorrido hasta cruzar el Puente Real, la proporción de vallas del PP respecto a las del PSOE es de 5 a 1, aproximadamente.
No se si en todas partes será igual, pero el otro día tuve que ir a Cáceres y en el acceso desde la rotonda del ferial a la de la estación de ferrocarril, la proporción era similar. Mucho Floriano, mucho Saponi, y poco Fernández Vara y menos Carmen Heras.
Numéricamente, eso es lo que parece, el PP le lleva la delantera al PSOE en cuestión de vallas.
Y también parece que esta vez ha elegido mejor, dentro de la mediocridad general, al encargado de las fotografías. Comparado con las estéticamente brillantes imágenes socialistas de la campaña anterior, las de ésta dejan bastante que desear. Otra cosa es que para los aficionados al análisis semiótico haya algunas cosas muy curiosas, sobre todo en las del PP. Por ejemplo, mientras algunos de los candidatos populares más veteranos, como Saponi y Celdrán, están prácticamente de frente, con una pequeña tendencia a dirigir la mirada hacia las letras con su lema de precampaña; otros más jóvenes que ellos, como la candidata de Mérida, Pilar Vargas, y en especial el propio Floriano, parecen darle la espalda. ¿Errores inconscientes?, ¿intenciones subconscientes?. Los teóricos dirán. Y los resultados también.
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