domingo, 13 de enero de 2008

Y en estas llegó la letra del himno

Salvo muy contadas excepciones y en contextos muy determinados, no soy nada partidario de los himnos. En cuanto a sus letras la mayoría me parecen una incitación a la barbarie o una cursilada sólo comparable a los inigualables festivales de la OTI.
Por lo tanto se comprenderá bien el total flipe que me ha producido el proceso en el que se han embarcado el Comité Olímpico Español, la SGAE y algunos más para dotar al himno español de letra porque, ¡pobrecitos ellos!, los deportistas españoles no pueden realizarse plenamente cantándolo a voz en grito. ¡Es que ellos necesitan motivarse con el amor patrio, porque sólo con la pasta que ganan no tienen suficiente!.
No hacía falta ser adivino para saber cómo iba a acabar la historia: una propuesta de letra, con un absoluto olor a naftalina y que me recuerda muchísimos de aquellos pasajes de la Enciclopedia Álvarez y de mi libro de Parvulitos en los que se glosaba y ensalzaba la grandeza de la Imperial España.
Y es que en este proceso de rearme en los valores de la España una, España grande y España libre, tras la exaltación de la familia, el empacho real y el sermón de la unicidad, ahora llega el turno a la recogida de firmas para que los deportistas no se sientan acomplejados y puedan cantar el himno.
¡Pardiez!.

1 comentario:

Charini dijo...

Cuanta razón tienes, el final de la historia ya se conoce y, como bien dices, no cabía esperar otra. Un besillo. Chari