Hoy puede resultar poco original hablar de las elecciones en Estados Unidos, pero es lo que hay y la actualidad es la actualidad. Ha ganado el demócrata Barak Obama tal y como preveía la mayor parte de analistas y encuestas. Parece que hay una especie de alivio generalizado por haberse quitado de encima a un personaje tan nefasto como George Bush, pero hay que estar preparados para la decepción, porque al fin y al cabo los Estados Unidos son lo que son. Cierto que se produce un profundo cambio generacional y que parece que las distintas minorías van a tener una notable fuerza, o por lo menos se las va a tener en cuenta más que hasta ahora. Pero vamos, no esperemos que las políticas que haga Obama se acerquen, ni siquiera, a lo que es una pálida socialdemocracia europea.Pero bueno, a nadie amarga un dulce, y siempre estaremos mejor sin el presidente de los pies encima de la mesa. Por cierto, que una de las últimas genialidades de Bush, además de tomar algunas decisiones ejecutivas que por lo menos observadas desde aquí huelen bastante mal, ha sido decirle a Obama, en su breve conversación para felicitarle por la victoria, que disfrute. ¿Disfrutar de qué?. Supongo que de la victoria, porque el cargo de presidente de los USA no creo que sea precisamente el mejor para disfrutar.
En fín, estas son mis primeras impresiones sobre lo acontecido en el Imperio: hay cambios, pero no espero que sean demasiado profundos. Ojalá me equivoque y haya más contenido que estética.
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