martes, 30 de septiembre de 2025

Tras el acuerdo de paz entre Azerbaiyán y Armenia, el historietista Abel Alves nos habla de "Aram el armenio"

El 8 de agosto de 2025 se firmó en Washington un acuerdo de paz entre Azerbaiyán y Armenia con el que se pone fin a treinta y siete años de conflicto diplomático y militar. Unas tensiones que, de un modo u otro, se remontan un siglo atrás, a la desmembración del Imperio Otomano tras su derrota en la Primera Guerra Mundial.

Precisamente en ese contexto tuvo lugar, entre 1915 y 1923, el denominado Genocidio Armenio, iniciado por el gobierno de los Jóvenes Turcos. Más de un millón y medio de personas fueron masacradas, los dos tercios de la población armenia del momento, en lo que las víctimas recuerdan como la «Gran Catástrofe».

La firma en agosto del referido acuerdo de paz me llevó a entrevistar a uno de los pocos historietistas que han tratado este tema. Se trata de Abel Alves (Ferrol, 1981) autor del guion de Aram el armenio. En la parte gráfica contó con las argentinas Majox, en el dibujo, y Lara Lee en el color. Inicialmente se publicó en Uruguay en 2015 y también en Argentina. Posteriormente se tradujo al gallego y Demo Editorial lo publicó en 2016, con el título Aram o Armenio, incluyendo un prólogo del periodista José Antonio Gurriarán.

Inicialmente la entrevista la habíamos concertado para realizarla en agosto en A Coruña, en el marco del festival Viñetas desde o Atlántico. Sin embargo, las dificultades de comunicación debido a la ola de incendios de este verano impidieron ese encuentro físico que, finalmente, solventamos de forma virtual.

 

Motivaciones familiares

Además de ser historietista, Abel es delineante en una empresa de ingeniería. Su profesión le llevó varios años a Uruguay, donde conoció a la que ahora es su mujer. Aunque ella es uruguaya -nos explica- toda su familia, tanto por parte de padre, como de madre, son de origen armenio. Yo tenía alguna referencia muy básica sobre el tema del genocidio, pero el contacto con ellos hizo que me interesara más y lo empezara a estudiar más a fondo. Y claro, yo como me dedico al tema del cómic, pues dije, voy a ver qué se ha hecho en este formato sobre el genocidio.

Y pudo comprobar que apenas había alguna cosa en Francia y en Italia, y casi nada en España, lo que contrastaba con las numerosas obras dedicadas a otros hechos como el Holocausto, la guerra de los Balcanes o Palestina. Ese casi vacío le decidió a hacer su aportación.

En ella narra la historia de Aram, un campesino armenio que arriesgará su vida para salvar a su sobrina Tamar, a la que los soldados turcos capturan para llevarla al desierto en una de las muchas caravanas de la muerte. 

A diferencia de la crudeza de alguna de las pocas obras existentes, como Medz Yeghern. La gran catástrofe (Paolo Cossi, 2007), Abel, sin rehuir para nada del tema, opta por imbricar la historia dentro de una aventura. 
 
Yo estoy más acostumbrado a la ficción -señala-. Aunque lo he tocado alguna vez, no estoy muy acostumbrado al género documental, que se ciñe más a unos hechos concretos. Además, creo que dar un aporte de ficción era una buena manera de acercarse a este acontecimiento. Mucha gente que a lo mejor va al cómic buscando la aventura, y que no se interesaría por una obra más seria, más documental, se encuentra con el trasfondo del genocidio. Y aprende un poco lo que pasó, aunque sea a través de un hecho ficticio: se cuentan cosas que efectivamente están basadas en muchos hechos que de verdad sucedieron.

El simbolismo del nombre Aram

La elección del nombre Aram para el personaje protagonista no es fortuita, como nos comenta Abel: yo soy un poco malo eligiendo títulos. Siempre le doy mil vueltas a todos los guiones que hago, porque siempre me cuesta encontrar un título que atrape mejor la esencia de la obra, no en cuatro palabras. Y pensando en esto, y sobre todo en que hablábamos de un hecho que no es muy conocido, decidí utilizar primero la palabra armenio, para que quedara claro que estaba hablando del genocidio armenio. Pero no quería usar ni la palabra genocidio, ni otras demasiado crudas, para no alejar a lectores que buscaran algo más ligero.

En cuanto a Aram, esta es la historia del viaje del héroe y lo elegí porque es el nombre más común de Armenia. Era una forma de representar a todo el pueblo armenio a través de este personaje que tiene un nombre tan común. Reyes, poetas, artistas, líderes… lo han llevado. Es una forma de, sin decir nada más, llevarte a Armenia y a los hechos.

Diez años después de su publicación Abel Alves comenta que ha evolucionado como autor porque al final todo el mundo va cambiando sus inquietudes, su manera de trabajar, perfeccionando el estilo, ¿no? En consecuencia, visto con perspectiva, dice que podría haber cambiado alguna cuestión menor en esta obra, alguna palabra en algún diálogo, cierta escena la habría alargado más, habría cambiado un poco la narrativa en otra viñeta… pequeñas cosas que no afectan a la historia en general ni al argumento del cómic.

Sí que es verdad -reconoce- que me quedé con ganas de que fuera una historia más larga. Todo el mundo lo dice y es cierto. Y yo mismo ya lo sabía entonces, que es una historia que a lo mejor pedía veinte páginas más para que fuese totalmente redonda. Aunque quedé muy contento con el resultado, si tuviera la oportunidad de volver a hacerla, y si la dibujante no me mata, le añadiría esas páginas. Creo que hay cosas que quedan bien explicadas, pero en las que podría explayarme un poco más.

Respecto al dibujo se muestra totalmente satisfecho con el trabajo de Majox. Tengo muy buena relación todavía, a pesar de que sigue viviendo allí en Buenos Aires. Hablamos siempre que podemos. Para mí ella es muy buena dibujante e incluso ha mejorado desde esa época. 

Lo mismo ocurre con el color de Lara Lee, del que explica que querían que fuese un bitono para reflejar un poco la crudeza de los hechos y también porque visualmente te lleva al pasado. Nos pareció que era buena elección y sí, también estoy muy contento con el color.

Ahora Abel Alves nos desvela que puede haber interés de alguna editorial española para sacarla en nuestro país en castellano.

Impacto emocional del genocidio armenio

La creación de Aram el armenio ha supuesto para Abel Alves una experiencia emocional y un sinfín de vivencias que le han cambiado. Para un autor -comenta- cualquier obra supone una transformación, porque normalmente se le dedica mucho tiempo. Sobre todo, si hablamos de obras históricas y mucho más si se trata de hechos de este calibre, así tan crudos. Está claro que te cambia profundamente.

En su caso, además, le toca de forma muy cercana porque su mujer y su familia son de origen armenio. También le ha influido que gracias a este cómic ha viajado un par de veces a Armenia y ha podido conocer de primera mano la realidad del país y la memoria del genocidio. Estuve invitado a un festival de animación como jurado. Pude conocer a muchas personas y estuve en el monumento al genocidio, lo que resultó muy emocionante. La gente estaba muy agradecida porque alguien hiciese una obra sobre el genocidio, pero no con España, que además es un país que no reconoce el genocidio.

Genocidio de Dersim. Armenian  Genocide Museum - Institute
Abel expresa su doble agradecimiento: por haber hecho el cómic y por todo lo que vino a continuación, como poder viajar allí y conocer a mucha gente con la que sigue manteniendo contacto. Gente gracias a la que ha podido conocer de primera mano lo que representó para ellos la tragedia del genocidio, lo que pasaron sus familiares…

Sobre la Armenia actual, cree que el carácter que tiene su pueblo se parece mucho, salvando las distancias, a los gallegos. Ambos son pueblos que tuvieron que emigrar masivamente, que en ciertos momentos probablemente tuvieron cierta represión. Ya digo, salvando las diferencias, claro. Es un pueblo súper acogedor.

Recuerda que cuando estuvo allí había una chica, que era la guía, que era la que le llevaba por todos los sitios. Y sin apenas conocerle le llevó a casa de su familia, a comer con todos ellos de comida armenia hasta reventar.

Entonces -añade- no es solo hacer el cómic y aprender sobre el hecho histórico, sino que es viajar, es conocer todo lo que envuelve a Armenia y al Cáucaso, Georgia, el sur de Rusia, Chechenia, Daguestán… Todo, todas esas regiones que tan convulsas fueron, que tantos problemas tuvieron entre ellas y con los imperios que las rodeaban.

Nos cuenta que los armenios normalmente saben todos de base hablar perfectamente tres idiomas: el inglés para poder moverse y leer por el mundo, que comparte el alfabeto latino con otros idiomas; el armenio, que tiene su propio alfabeto exclusivo; y el ruso, porque haber sido parte de la Unión Soviética los dejó también muy marcados y gran parte de su cultura está influenciada por Rusia. Por ejemplo, me acuerdo siempre de que la guía cuando me fue a buscar tenía en el bolso un libro de Harry Potter en ruso. Y eso es porque la mayoría de las obras literarias importantes, el cine, etc., llegan a Armenia a través de Rusia. Y aparte también hay muchos que incluso saben persa, al ser vecinos de Irán, que también tiene su propio alfabeto.

A mí me sorprendió -concluye- y además es eso, que te abre mucho la mente el conocer otras realidades. Aquí a veces estamos muy acostumbrados a nuestro modo de vida europeo y a mirarnos el ombligo permanentemente.

Nuevos proyectos con Miguel Carmona

Enfilamos ya la parte final de la entrevista y lo hacemos volviendo a la actualidad y a los dos últimos proyectos de Abel Alves. En ambos casos en colaboración con el dibujante Miguel Carmona para la editorial Serendipia.

El primero se publicó en 2024 y es una versión en historieta del considerado como el «robo del siglo», el Asalto al tren de Glasgow. En él se cuenta como en 1963, un grupo de delincuentes liderados por Bruce Reynolds -principal cerebro de la banda- se reúnen para ejecutar un arriesgado plan: asaltar el tren UP-SPECIAL de Glasgow-Londres. El botín fue de dos millones y medio de libras de la época, una auténtica fortuna.

Abel explica que sobre este atraco se escribieron muchos libros, se hicieron películas, pero, curiosamente, no se trató en cómic. Y aquí está él para contarlo. He intentado ser muy fiel a lo hechos. A diferencia de muchas películas que se basan más en ciertos personajes, yo he hecho una obra lo más coral posible. Trato todos los personajes igual, intentando reflejar todas las realidades, porque obviamente cada uno contaba el robo como le parecía. Cuando se les preguntaba, todos eran el cerebro de la banda.

Se trata de una obra de ochenta páginas, dirigida a todos los públicos, con un estilo gráfico caricaturesco, pero con una representación muy fiel y reconocible de los lugares en los que se desarrolla la historia.

Sobre la génesis de este trabajo señala que es curioso porque éste es el único cómic de todos los que he hecho en el que no tuve yo la idea, sino que la tuvo el dibujante, Miguel Carmona. Él conocía la historia y le gustaba mucho y quería hacer un cómic sobre este robo. Contactó con Fernando Llor, un guionista muy bueno colega suyo. Pero estaba tan a tope de trabajo que no podía hacerse cargo de esa obra. Entonces le dijo que podía recurrir a mí, que a lo mejor estaba disponible. Miguel me contactó y me explicó el proyecto.

A mí siempre me encantaron las películas de robos, de asaltos, así a contrarreloj, de planes que salen mal… Pero de este robo, salvo conocer que existían las películas, que es un hecho que ocurrió… no sabía muchos detalles. Tuve que documentarme a fondo y nada, en cuanto empecé a investigar un poco, ya le dije sí porque la historia me encanta.

En cuanto a lo más inmediato, nos cuenta que entre octubre y noviembre está prevista la aparición de un nuevo cómic, en el que se unen el humor y la fantasía, sobre unos esbirros de un señor malvado que quieren instaurar la democracia en las mazmorras. Este sí que ya es un cómic de humor muy influenciado por Astérix y la escuela franco-belga.

De hecho, esta nueva obra de los esbirros va a ser una serie.

Con este último anuncio, y con el deseo de que pronto podamos ver en España la versión en castellano de Aram o armenio, despedimos la charla con Abel Alves.

 

 

 

No hay comentarios: