domingo, 23 de septiembre de 2007

El rugby es otro mundo

Lo prometido es deuda. Son las 22.50, hora escocesa, y estoy al teclado para dar cuenta de algunas de las sensaciones que he vivido esta tarde en Murrayfield, antes, durante y al finalizar el partido de la Copa del Mundo de Rugby entre Escocia y Nueva Zelanda.
Lo primero que tengo que decir es que esto es otra cosa. Para empezar, la gente acude al campo de fiesta, como si fuera de pic-nic. Los taludes de césped que rodean Murrayfield son utilizados por la gente para sentarse y tomarse su bocata y su cerveza antes de entrar a ver el partido. Todo muy tranquilo, sin broncas, sin imprecaciones al rival, ni nada por el estilo. Vamos, que esto es una fiesta. Y como tal sigue una vez acabado, aunque como en el caso de hoy los locales, Escocia, hayan sido apabullados por los visitantes, Nueva Zelanda, por un resultado que no merece mayores comentarios: 0-40. En otros deportes, como el fútbol, esto puede suponer enfrentamientos con el propio equipo, con la directiva, con los aficionados del equipo contrario, etc. En el rugby la gente va a disfrutar del espectáculo. ¡Claro que prefieren que ganen los suyos!. Pero si eso no ocurre, gozan de lo que están viendo en el campo y, una vez acabado, todos para el pub de turno a beberse unas cuantas pintas y comentar con los rivales cómo ha ido la cosa, etc. Otro hecho muy curioso es la cantidad de españoles que han venido a Edimburgo a ver el partido, algo realmente sorprendente porque la selección española no jugaba. Pacenses, cacereños, sevillanos, madrileños, asturianos, catalanes, aragoneses, etc., forman la larga lista de paisanos que hemos coincidido en Edimburgo; para ver este espectáculo y, supongo que la mayoríaa, para ver aunque sea por una vez en directo a los All Blacks, aunque hoy iban de gris.

1 comentario:

Rafael Vallbona dijo...

Les coses que ens apassionen s'han de viure, no n'hi ha prou amb el coneixement intel·lectual o empíric. La sang i passió amb que relates la teva experiència al mundial de rugbi desperten afecció i contribueixen a donar la dimensió exacta d'aquest esport noble i antic.
Gràcies per fer-nos partíceps de la teva descoberta.