La antigua Birmania (la actual Myanmar, según la nueva denominación implantada por la junta militar) es un país del que nos llega poca información, más allá de la reciente puesta en libertad de la Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, o las revueltas protagonizadas por los monjes budistas, en años como 2007 o el presente 2010. Es uno de los países más opacos, secretos y aislados del mundo.
Sin embargo gracias a la historieta he conseguido aproximarme un poco a algunas de sus particularidades y al quehacer cotodiano de sus gentes. Ha sido a través del libro Crónicas birmanas, del autor canadiense Guy Delisle, afincado desde 1991 en la localidad francesa de Montpellier.
Delisle realiza en esta obra, editada por Astiberri en 2008, la crónica dibujada de su estancia de un año en Birmania, acompañando a su compañera sentimental, miembro de Médicos Sin Fronteras. A lo largo de 264 páginas desgrana las distintas peripecias vividas, desde la llegada al país, su vida cotidiana, la relación con otros expatriados que también están allí para realizar labores humanitarias, sus clases de animación a dibujantes birmanos, las absurdas normas impuestas por el régimen dictatorial, los esfuerzos de la gente por llevar una vida lo más satisfactoria posible, las profundas contradicciones internas entre los posicionamientos teóricos y la práctica cotidiana de los occidentales en países como Birmania, etc.
Con un dibujo sencillo y esquemático, pero muy efectivo para el objeto que se propone, Delisle articula su libro en pequeños capítulos, que pueden ocupar desde una sola página, a cuatro, cinco o seis, en los que va recogiendo muchos de los aspectos de su estancia, al hilo de la propia actualidad política y social del país: Documentación in situ, arquitectura en zona tropical, PC, en el Club Australiano, la estación de las lluvias ha llegado de golpe, los pájaros, desmonetización, etc.
Por otra parte, el trabajo de Delisle se alinea con una de las corrientes más interesantes de la historieta actual, que la acerca de hecho a la crónica o el reportaje periodístico. Una línea a la que pertenecen obras como las de Joe Sacco, con sus trabajos sobre la franja de Gaza, Sarajevo o Gorazde, o Manu Larcenet, con sus Combate Cotidianos. Podríamos decir que se trata de una nueva versión periodística, pero realizada en viñetas, una especie de reporterismo dibujado que se olvida de la ficción y trata de mostrarnos una realidad que, muchas veces, no nos llega por otros medios.
1 comentario:
Javier, no le des más vueltas y empieza a dibujar ya
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