sábado, 21 de marzo de 2009

Ángel Campos, Lisboa y Alain Tanner

Anoche acudí a la Biblioteca Regional de Extremadura, en la Alcazaba de Badajoz, para asistir al acto de homenaje al poeta, traductor y profesor Ángel Campos Pámpano, prematuramente desaparecido en noviembre del año pasado.
Como dijo uno de los participantes, casi nunca tanta gente se había dado cita en torno a la poesía en esta ciudad.
Mi relación con Ángel Campos fue fugaz, reduciéndose a algunas reuniones en los momentos iniciales de la Asociación Cultural Extremeño Alentejana y algunos encuentros ocasionales con motivo de alguno de los muchos actos relacionados con Portugal a los que he asistido profesionalmente, tanto en Extremadura, como en Lisboa.
Y sin embargo, Ángel es una presencia habitual en mi imaginario a partir de esas extrañas conexiones que a veces uno establece entre las cosas.
Esa conexión tiene en su eje a Lisboa, una de las ciudades más fascinantes que conozco, a la que siempre me gusta regresar y a la que estará siempre asociada la figura de Ángel. Igual que, para mí, lo está uno de mis directores de cine preferidos, el suizo Alain Tanner.
El cineasta suizo rodó en 1982 y estrenó en 1983 En la ciudad blanca, un fascinante ejercicio de interiorización y enamoramiento por Lisboa. Un cine de otra época, poético, con tiempo para los detalles. Un cine que se hermana con la poesía de Ángel, con su propia La ciudad blanca, que también arranca en 1983.
Son pequeños detalles, pero que para mí establecen de forma permanente esa relación triangular: Ángel Campos, Lisboa y Alain Tanner.

sábado, 14 de marzo de 2009

Pedalada 2009: 139 km por La Vera y el Campo Arañuelo

Por sexto año consecutivo un grupo de amigos se han desplazado desde Barcelona a Extremadura para pasar un fin de semana ciclista conmigo. Este año hemos batido records y hemos sido cinco en total: Pep Morell y Josep Serra, que han venido por primera vez; Lluis Cuevas, que repite después de haber venido hace tres años, cuando la mítica ascensión al Puerto de Honduras nevando; y Rafa Vallbona, amigo de toda la vida, que todos los años acude a la cita y que hace de prescriptor de la Pedalada entre sus amistades ciclistas.
La jornada ha estado acompañada por un tiempo magnífico, incluso algo nueblado por momentos, lo que nos ha permitido hacer toda la primera parte de la etapa sin excesivo calor.
Hemos salido desde Navalmoral de la Mata, habitual punto de encuentro y concentración, hacia las 9.30 horas, una vez solventadas algunas pequeñas cuestiones técnicas en mi bicicleta (y eso que ayer la recogí del taller parqa que estuviera a punto).
Para abrir bloca y entrar un poco en calor, hemos empezado la ruta yendo hasta Belvís de Monroy. Desde allí hacia Saucedilla, Casatejada y el cruce de la carretera de Navalmoral a Jaraíz, donde nos hemos desviado hasta buscar el enlace hacia Jarandilla por las Cuestas de Torreseca. Ahí es donde han empezado las dificultades, que han continuado cuando hemos hecho la subida hasta el Guijo de Santa Bárbara que con sus 870 metros de altitud ha sido el punto más elevado de la ruta.
Después bajada de nuevo hasta Jarandilla, por la otra carretera, y alto en el camino para reponer fuerzas.
Hacia las tres de la tarde hemos emprendido de nuevo la marcha y, como suele ser habitual, después de comer algo cuesta volver a coger el ritmo. Hemos pasado por Losar de la Vera y la Garganta de Cuartos, hemos subido hasta Viandar y Talaveruela de la Vera, hemos iniciado el regreso por la carretera de la Confederación Hidrográfica del Tajo que lleva desde Valverde hasta Barquilla de Pinares y de allí, por Tietar y Rosalejo, hasta Navalmoral. Los últimos 18 kilómetros han sido los más pesados, con interminables rectas que se hacían muy pastosas en terminología ciclista.
Hacia las seis de la tarde hemos acabado la ruta, tras unos 139 kilómetros de recorrido.
Ha sido una experiencia, como siempre, sumamente agradable. Haciendo ejercicio al tiempo que disfrutamos de nuestra amistad.
Y los paisajes totalmente cambiantes, desde la dehesa, hasta los bosques de robles y castaños camino del Guijo, sin olvidarnos de las zonas de sotobosque, los matorrales, la retama, las jaras y el brezo en flor. Y en cuanto a paisajes, qué decir del impresionante espectáculo de Gredos, que aún mantiene sus buenos neveros.
Ahora descansar, una cena de calidad en La Abadía de Cuacos de Yuste y mañana una etapita dde 60 km como despedida.
Por último agradecer a un compañero, Marcos Ortíz, que haya hecho su aportación artística diseñando el logotipo que hemos lucido en los maillots que he preparado para la ocasión.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Viaje de ida y vuelta a la miseria

Una de las noticias que hoy ha ocupado espacio en los medios de comunicación me ha sobrecogido de manera especial: dos de los protagonistas infantiles, un niño y una niña, de la oscarizada Slumdog Millionaire están viviendo un auténtico trauma en el regreso a su miserable hogar en Bombay. Este hecho me lleva a la reflexión de cómo Occidente, o por ser más estricto, los países opulentos, siguen jugando con una doble moral. Por un lado muestran permanentemente sus riquezas, sus lujos caprichosos, su consumo desmedido. Por otro, rechazan sistemáticamente cualquier posibilidad real (no declarativa) de renunciar a parte de sus prebendas en beneficio de los países más necesitados.
A veces ese choque se produce como consecuencia de acciones absolutamente bienintencionadas, en las que personas de países depauperados tienen la oportunidad, por unos días, de estar en algún lugar del llamado primer mundo para recibir cuidados médicos, sanitarios, sociales, o acceder temporalmente a estudios y formación.
Pero otras veces, ese choque puede ser el fruto de un mal cálculo, como creo que es el que se produce en este caso.
Unos pequeños son extraídos temporalmente de su entorno de miseria, para convertirse en actores de una película extranjera, británica en este caso. Durante este período comen regularmente, son atendidos y cuidados, duermen en una cama (un lujo auténticamente desconocido para ellos), viajan, etc. Es más, llegan al cénit del glamour y la lentejuela, a Hollywood: hoteles de lujo, ropas carísimas, flashes, alfombras rojas, comida por doquier, etc.
Y, de repente, todo eso acaba y vuelven a su rastrero e inmundo destino, a su suelo para dormir, a los excrementos rodeándoles por todas partes, a su invalidez como seres humanos. E intentan rebelarse, obteniendo como recompensa una paliza paterna por no querer atender a un periodista que iba a pagar dinero por una entrevista.
Teniendo en cuenta que los productores de la cinta algún beneficio económico obtendrán, sobre todo después de la lluvia de galardones que han recibido, ¿no habría sido razonable que hubieran hecho algo más para mitigar la situación de estos pequeños y sus familias?.
Ya sé que con ese pequeño gesto no se resuelve el problema de las desigualdades, ni la miseria de millones de personas en países como la India y otros muchos. Pero por lo menos, en un caso concreto, no se habría reproducido el viejo esquema de aprovechamiento de Occidente, ni se habría contribuído a arruinar, aún más, la vida de estos niños.

jueves, 19 de febrero de 2009

Gasca, Gubern y las onomatopeyas

Mi querido amigo José María Lama se ha reincorporado al trabajo tras un tiempo de baja. Conocedor de mi afición por la historieta, ha tenido a bien obsequiarme con un hermoso libro, tanto por su contenido, como por la edición realizada por Cátedra, en su colección Signo e Imagen: Diccionario de onomatopeyas del cómic.
Con este volumen, sus autores, Luis Gasca y Román Gubern, vuelven a la senda iniciada veinte años antes con la publicación de El dircurso del cómic, en la misma editorial y colección. En 1988 dedicaban su trabajo a revisar buena parte de los elementos que constituyen el fundamento de la narrativa dibujada, desde los símbolos cinéticos, hasta los globos, pasando por estereotipos, metáforas visuales, etc. Entre ellos, por supuesto, estaban las onomatopeyas, a las que dedicaban apenas diez páginas que, en el nuevo libro, se convierten en más de cuatrocientas.
La obra responde rigurosamente al planteamiento que se deduce de su título y, por lo tanto, estamos ante un diccionario, aunque todas sus entradas no se correspondan estrictamente con lo que son las onomatopeyas. A lo largo del mismo se van sucediendo ilustraciones y explicaciones sobre cada una de las onomatopeyas, intentando aclarar los orígenes de la misma, su mayor o menor utilización. Al mismo tiempo la obra supone un compendio visual de lo más destacado de la historia de los tebeos.
Una buena aportación de una de las más veteranas parejas de teóricos del arte visual en nuestro país y en Europa, hermanados además por su común afición al cine y a la historieta. Luis Gasca, junto a Terenci Moix y Juan Antonio Ramírez, fue de los primeros autores a los que me aproximé en mis adolescentes años del Instituto Alejandro Satorras de Mataró, cuando aprovechaba el tiempo entre las clases de la mañana y las de la tarde para ir a la Biblioteca de la Caja de Ahorros Layetana. Un interés por el estudio de los tebeos que se acrecentó tiempo después, ya en la universidad, con la lectura del imprescindible El lenguaje de los cómics y el privilegio de haber podido tener como profesor a su autor, el mismísimo Romà Gubern.

martes, 10 de febrero de 2009

Berlusconi: Il Cavaliere impresentable

Hay personajes en el mundo que me producen auténticas náuseas. Uno de ellos es Silvio Berlusconi. El denominado Cavaliere, es un auténtico ejemplo de lo que es un impresentable, por no añadir sus cada vez más evidentes devaneos fascistoides.
Y lo que a muchos sin duda sorprende y llena de estupor es que un individuo de su catadura moral pueda estar, de nuevo, ocupando la presidencia del Gobierno de un país europeo y supuestamente democrático como Italia. Creo que es la peor evidencia del estado de podredumbre que en el que se encuentran algunas de las sociedades más desarrolladas.
Poco puedo añadir a lo mucho que se ha dicho y escrito sobre él. Sólo que nada de lo que pasa es nuevo, ni tan siquiera sorpresivo.
Las primeras referencias directas que tuve de Berlusconi se remontan al otoño del año 1985.
En aquél momento, con el apoyo de la Diputación Provincial de Barcelona, un grupo de gabinetes de prensa municipales, agrupados en torno a la ACIAL (Asociación Catalana de Informadores de la Administración Local), hicimos un viaje a Italia para conocer de cerca el fenómeno de las emisoras locales de radio y de televisión.
Ya entonces se nos habló de los tejemanejes de
Don Silvio para cercenar cualquier tipo de competencia en el sector audiovisual y cómo bloqueaba los derechos de emisión de cualquier producción nacional, o extranjera, medianamente interesante. Le importaba más bien poco aprovechar después ese material. El caso es que los demás no tuvieran acceso a él.
A partir de aquél momento Berlusconi ha sido una presencia constante, con sus actitudes groseras y chulescas, sus procesamientos judiciales, sus oscuros negocios, su machismo indisimulado, su utilización para beneficio personal de las estructuras del Estado italiano, su racismo incontestable, su connivencia con un neofascismo rampante y con los más rancios resortes del conservadurismo.
¡Y ahí está, al frente del Gobierno de Italia!. Ya lo decía el bueno de Obelix: ¡Están locos estos romanos!

viernes, 30 de enero de 2009

Cultura: ¿nuevo despotismo ilustrado?


La semana pasada estuve en Santiago de Compostela con motivo del congreso Lugares de Cultura. Creatividade para o desenvolvemento que organizó la empresa en la que trabajo, e-Cultura Net.

El programa del mismo me pareció sumamente interesante y algunas de las experiencias que pudimos conocer realmente muy atractivas: Baltic Center de Newscastle, las Maison Follie de Lille, Red Transversal de Catalunya y, sobre todas, las Bibliotecas Parque de Medellín.

Precisamente a raíz de estas últimas, surgidas de un amplio proceso de participación popular, en el que incluso los arquitectos tuvieron que concebir su trabajo a partir de un documento previo de necesidades y expectativas de las personas que vivían en la zona en la que se iba a instalar el equipamiento; retomé una reflexión que últimamente he hecho a menudo: ¿existe un nuevo despotismo ilustrado en el ámbito cultural y, sobre todo, a la hora de concebir espacios y equipamientos culturales?.

Lo digo porque cada vez más tengo la sensación de que muchos responsables culturales, a la búsqueda de su particular efecto Guggenheim, toman la decisión de crear equipamientos culturales singulares sin tener para nada en cuenta lo que pueda opinar la población que, en teoría, debe ser la principal usuaria y destinataria de la actividad de los mismos. Es decir, una nueva forma de hacer y ofrecer cultura a los ciudadanos, pero sin contar con ellos.

Se trata de hacer iconos de la modernidad, al margen de si estos cumplen o no un papel realmente valioso para sus teóricos destinatarios.

No digo que eso pase siempre, pero sí a menudo. Y si no, pensemos en la cantidad de obras faraónicas, firmadas por arquitectos de relumbrón, y que no han conseguido calar (y quizás ni se lo han planteado) entre la ciudadanía del lugar en el que están enclavados. Muchos son meros faros destinados a atraer la atención del turista, del visitante foráneo. ¿Es eso suficiente?. ¿No sería mejor, sin descartar lo anterior, que estuviesen realmente empeñados en contribuir al desarrollo social y cultural de su población más próxima, que al fin y al cabo es la que puede dar continuidad y dinamismo a su actividad?.

Bien, pues de eso iba en parte el congreso. Pero mi sensación de despotismo ilustrado se mantuvo.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Carlos Giménez, dibujante de ojos y bocas

Estos días he vuelto a leer los dos primeros volúmenes de la tetralogía que Carlos Giménez va a dedicar a la Guerra Civil.

Una vez más me he sentido cautivado por el buen hacer gráfico y narrativo de uno de los mejores autores de historietas que, con el paso de los años, ha pulido su estilo, librándolo de ciertos recursos estéticos que le resultaban innecesarios.

Con todo, lo que más me sigue fascinando de Carlos es el tratamiento que hace de los ojos. Cómo es capaz de dotarlos de una expresividad sin límites.

Y digo me sigue, porque ya era lo que más me atraía en 1980. Entonces yo era un joven aspirante a periodista, aficionado a la historieta, que flipó, como se dice ahora, entrevistando a Giménez en el estudio que compartía con Adolfo Usero en Premià de Mar. Fue una de mis primeras entrevistas a uno de los grandes de la historieta. Se publicó en el número 113 del semanario El Maresme, correspondiente a la semana del 7 al 13 de marzo de 1980.

En aquella entrevista le preguntaba por el extraordinario realce de los ojos que hacía en su obra Paracuellos.

Su respuesta de entonces creo que es igualmente válida hoy en día, por eso me permito reproducirla íntegramente: No es que yo dé más valor a los ojos en Paracuellos. En toda mi obra, como habrás podido observar, los ojos tienen una gran importancia. Soy un dibujante de ojos y bocas. Soy un dibujante mediocre de narices y, además, las muevo poco. Por el contrario, muevo muchos los ojos, las bocas y las manos, que es en lo que se basa la fuerza expresiva de mis dibujos. Mis ojos son siempre enormes y mis bocas grandes. En Paracuellos, concretamente, los ojos se dispararon porque en aquél momento creí que eran los que mejor podían dar la dimensión de lo que quería expresar.

Casi 29 años después, con muchas vicisitudes por medio, las explicaciones de Carlos Giménez siguen siendo igual de válidas para su trabajo sobre la Guerra Civil, haciendo que los ojos, bocas y manos de sus personajes nos transmitan todo el dramatismo y tragedia de las situaciones.