lunes, 2 de marzo de 2015

Tina Modotti: Una mujer del siglo XX



"Mujer con bandera", una de las fotos emblemáticas de Tina Modotti

Cuando quiero recordar a Tina Modotti debo hacer un esfuerzo, como si se tratara de recoger un puñado de niebla. Frágil, casi invisible. ¿La conocí o no la conocí? (Pablo Neruda).

Tina Modotti es un nombre que casualmente había escuchado o leído en alguna crónica o reportaje referido al México convulso del primer tercio del siglo XX y a la constelación de artistas e intelectuales que se dieron cita en el mismo, desde Diego Rivera, a Frida Kahlo, pasando por Xavier Guerrero, Edward Weston, Mayakowsky y John Dos Passos, entre otros muchos.
Ahora he tenido la oportunidad de acercarme un poco más a la figura contradictoria de esta mujer que fue actriz, fotógrafa, revolucionaria, luchadora social y activista internacionalista; gracias al libro de historietas Modotti. Una mujer del siglo XX, con guion y dibujos del asturiano Ángel de la Calle, en la versión ampliada y revisada publicada por la editorial madrileña Sinsentido en 2011. Nacida en 1896 en la ciudad italiana de Udine, y fallecida en México D.F. en 1942, el libro de Ángel de la Calle nos aproxima a la trayectoria vital, a las dudas, esperanzas y actividad de una mujer que vivió desde el glamour de Hollywood, hasta las intrigas y conspiraciones del Moscú estalinista, pasando por el activismo comunista en México o su destacado papel al frente de Socorro Rojo Internacional para mitigar las penalidades de los obreros y sus familias con motivo de la represión sufrida tras la revolución de Asturias de 1934.
Sin embargo, para mí, el atractivo de este libro no sólo reside en la oportunidad de conocer mucho más de un personaje que me ha resultado muy interesante, sino en los múltiples planos que se entrelazan en la narración. Porque Ángel de la Calle no se limita a realizar una narración biográfica lineal, sino que, con abundantes saltos atrás y delante en el tiempo, nos va desvelando a su vez las razones que le empujaron a interesarse por Tina Modotti y el proceso de investigación sobre el personaje y el propio camino de creación de su obra. Y todo ello, y en paralelo, trufado con anécdotas y hechos de su relación con Paco Ignacio Taibo II, escritor, periodista y activista sindical. En especial, se refleja la gestación y dificultades por las que ha tenido que pasar a lo largo de su historia la Semana Negra de Gijón, uno de los acontecimientos culturales de vanguardia más atractivos aparecidos en España en las últimas décadas.
Modotti. Una mujer del siglo XX, es uno de esos libros que te enganchan, pero que requieren una lectura sosegada, para poder ir sopesando cada uno de los detalles que Ángel de la Calle nos presenta, tanto gráficamente, con un dibujo en blanco y negro que bebe de la fuente estética de los grabados mexicanos de principios del siglo XX, según explica el mismo autor, como literariamente, con diversas citas y textos de Ezra Pound, María Teresa León o Kenneth Rexroth.
Pero además, este libro de historietas es un reflejo de una época, de un momento histórico en el que la lucha por las libertades y la igualdad social, se entremezcla y choca con el auge del fascismo y la desvirtuación estalinista del comunismo; mientras una miscelánea de personajes históricos van apareciendo en sus páginas y en la propia historia, verídica o no, de Tina Modotti: André Malraux, Sandino, André Gide, Serguei Einsestein…   

martes, 25 de marzo de 2014

Tardi nos enfrenta al horror de la ¡Puta Guerra!

Con motivo del Día del Padre uno de los regalos que recibí fue el magnífico álbum ¡Puta Guerra! del genial Jacques Tardi, uno de los mejores dibujantes europeos de historietas, y uno de mis favoritos.
Desde el momento en el que comencé a ojearlo me entraron una ganas enormes de comentar su contenido y para ello qué mejor que hacerlo en mi viejo blog Trazo de Tinta, al que hacía bastante tiempo que tenía olvidado. El caso es que hoy me ha dado por echarle un vistazo al blog y ¡casualidades de la vida! hace justo dos años, el 25 de marzo de 2012, publiqué mi última entrada en él. Por lo que me ha parecido que hoy es un día ideal para retomarlo, hablando de esta magnífica obra, que nos enfrenta a uno de los aspectos más deleznables del ser humano: la guerra.
Tardi, cuyo abuelo luchó en el frente del Norte en la Primera Guerra Mundial, realiza en ¡Puta Guerra! una auténtica disección de la inhumanidad que representan los conflictos armados. Publicado por primera vez en 2010, el libro adquiere total actualidad este año 2014, con motivo del centenario de la denominada Gran Guerra.
A través de unas viñetas minuciosamente detallistas, Tardi refleja todo el horror, toda la sinrazón que envuelve a las guerras y, muy especialmente, de aquél conflicto que se enquistó en el corazón de Europa, en una lucha de desgaste, en el que los soldados parecían títeres encastrados en un dédalo de trincheras. Una contienda en la que como refleja Tardi en su libro, personajes como el General Cherfils declaraban que la mejor manera de vencer al enemigo es, en principio, matarlo. Conviene insistir en estas verdades elementales, que son la evidencia misma, ahora que las sensaciones son recientes. Después de la victoria, sería demasiado tarde
Con sus dibujos, en los que combina sabiamente el predominio de los tonos grises, ocres, sienas, con la puntual explosión de rojos para resaltar el dramatismo de los combates, de la detonación de los obuses que convertían los cuerpos en amasijos de restos humanos; con sus diálogos en los que muestra la desesperación y el hastío de miles y miles de personas anónimas, enviadas a matanzas sin sentido.
Como declaraba el autor en mayo de 2010, en una entrevista concedida al diario El País, con motivo del Salón Internacional del Cómics de Barcelona, la I Guerra Mundial es lo que define el mundo en el que hoy vivimos, sin ella no se entiende nada de la II Guerra Mundial ni de lo que vino después... es el fomento del odio al otro, es comprobar que si a alguien le das un uniforme lo conviertes en asesino en potencia. Para concluir quiero a los pobres hombres, odio a los generales. Y es que en esta, como en la mayoría de las grandes contiendas, han sido millones los soldados que han regado de cadáveres los campos de batalla, obedeciendo órdenes que se dictaban desde los acomodados salones del poder.
Una obra dura, admirablemente humana, para retratar lo más inhumano de nuestra esencia. ¡Imprescindible!


domingo, 25 de marzo de 2012

Elvas, la belleza de la diferencia cercana

Azulejería y estucos de la Iglesia de las Dominicas
Interesados como estamos en el mundo globalizado por conocer lo lejano, muchas veces se nos escapan las pequeñas maravillas que tenemos al lado, al alcance de la mano.
Esto es lo que a muchos nos pasa con la localidad portuguesa de Elvas. La tenemos tan próxima (suelo pasar por ella a menudo en mis rutas en bicicleta), hemos ido tantas veces a ver lo conocido, que nos sorprende por la cantidad de rincones por los que nunca habíamos pasado o de los que nunca nos habíamos percatado.
Afortunadamente hay asociaciones como la de la "Eurociudad Elvas-Badajoz", http://eurocidadeelvasbadajoz.blogspot.com.es/, que impulsa el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Extremadura, Luis Fernando de la Macorra, que con su actividad nos ayudan a paliar dicha carencia.
El profesor Luis Fernando de la Macorra (centro)
De su mano, con la colaboración de la Cámara Municipal de Elvas, http://www.cm-elvas.pt/elvas/ y el grupo de facebook "Fortificaciones abaluartadas de la Raya a Patrimonio Mundial, http://www.facebook.com/groups/209753179118352/, se realizó el sábado 24 de marzo una visita guiada en la que alrededor de un centenar de personas pudimos conocer con más detalles el patrimonio histórico y artístico de la vecina localidad.
La visita contó con la inestimable aportación, entre otros, de los historiadores portugueses Rui Jesuino y Arlindo Sena, que nos ilustraron de forma muy didáctica sobre múltiples aspectos de la historia y evolución de Elvas.
Curioso confesionario en la I. de Terceiros
El amplio recorrido incluyó la Catedral, la Plaza de la República, la picota (pelourinho en portugués), el Arco do Templo, la Iglesia de Santa María del Alcázar, del siglo XIII, que se levanta sobre una antigua mezquita; el Cementerio de los Ingleses, en el que reposan los restos de oficiales británicos fallecidos en la batalla de La Albuera contra las tropas napoleónicas; la Iglesia de los Terceiros, una auténtica explosión de barroquismo; el Convento de Santa Clara, la Iglesia del Salvador, varios tramos con restos de las dos murallas originales de la ciudad o la Biblioteca Municipal de Elvas, en la que se pudo acceder a su valioso fondo antiguo.
De todo lo visto, particularmente lo que me pareció más interesante fue la Iglesia de las Dominicas, de origen templario, con su rara planta octogonal, su azulejería y la decoración de estucos de estilo toscano; y la portada de la Iglesia de San Pedro, uno de los dos únicos ejemplos que hay al sur del Tajo de románico, en un edificio de transición entre este estilo y el gótico.
En fin, una deliciosa jornada, en la que pudimos descubrir una Elvas distinta a la habitual y con mucho encanto.

domingo, 11 de marzo de 2012

El garaje hermético de Jean Giraud bajó la persiana por última vez

Moebius ante una imagen de su obra "El Garaje hermético"
Sin temor alguno a equivocarme, puedo afirmar que hoy el mundo de la historieta ha perdido a uno de sus autores más influyentes de todos los tiempos: Jean Giraud. 
Con su fallecimiento a los 73 años desaparece uno de los creadores más prolíficos, versátiles e influyentes del denominado 9º Arte.
Estamos ante uno de esos casos de desdoblamiento de personalidad, en los que un autor es capaz de crear dos carreras paralelas y brillar con luz propia en ambas. Porque esa ha sido la realidad de Jean Giraud. Como Gir ha sido el creador visual de uno de los personajes del Oeste más famosos de todos los tiempos, El Teniente Blueberry, a partir de los guiones de Jean Michel Charlier. Como Moebius ha sido el creador de una de las galerías de personajes y mundos fantásticos más personales del siglo XX: "Arzach", "El Incal", "El Garaje hermético" o "Los mundos de Edena".
El Teniente Blueberry
Los aficionados a la historieta de finales de la década de los 60 del pasado siglo, conocíamos al personaje de Blueberry a través de las publicaciones de la Editorial Bruguera, que comenzó a recoger sus historias en diversas publicaciones como Bravo. Nos sorprendía la minuciosidad del estilo realista, el magnífico anclaje visual que contenía, que le daba una enorme verosimilitud y la depurada documentación de la que hacía gala para recrear ambientes, objetos, paisajes y perfiles psicológicos de los personajes. Y todo ello desde una postura descreida y antiheróica, en la que los límites entre el bien y el mal eran bastante difusos.
La primera aventura de Blueberry se publicó en 1964 en la revista Pilote y desde el primer momento empezó a influir en otros autores, que siguieron la senda estética que ya entonces perfilaba Giraud a sus 26 años.
Arzach
Pero el gran salto, lo que de verdad le elevó al nivel de mito, fue su irrupción en el ámbito de la fantasía y la ciencia ficción, bajo el seudónimo Moebius. Cuenta la leyenda que el 19 de diciembre de 1974, junto a Philippe Druillet, Jean Pierre Dionnet y Bernard Farkas, decidieron crear, a las 4 de la madrugada, el colectivo denominado Les humanoïdes Associés, a partir del que se crearía una de las revistas más emblemáticas de la historieta europea y mundial: Metal Hurlant. El material de esta publicación llegó a España el año 1977, a través de la Editorial Nueva Frontera y, más concretamente, de la revista TOTEM. Todavía recuerdo el enorme impacto que me ocasionó la revista, especialmente la primera entrega del Arzach de Moebius. Ahí había algo enorme, diferente a todo lo que había visto hasta el momento. Eso era sólo el primer paso para que lo considerase, como la mayor parte de los aficionados a la historieta, un autor de culto, con un mundo interior complejo y desbordante, en el que no dejan de adivinarse las distintas etapas vitales del autor, su coqueteo constante con las drogas, la influencia enorme que tuvo del chileno Alejandro Jorodowsky, su necesidad constante de reinventarse y buscar nuevos límites.
En el interesantísimo libro "Moebius entretienns avec Numa Sadoul", publicado por Casterman en 1991, en el que se recogen las entreveistas que este último le hizo a Giraud en marzo de 1974, septiembre de 1975 y del 18 al 21 de octubre de 1988, el propio autor habla de esa dualidad y de lo que cada una representa: Consideremos que Gir es mi estilo más definido. "Blueberry", a pesar de todas sus fluctuaciones, tiene una unidad, un marco preciso. De hecho se pone en escena de una forma muy natural desde el momento en el que yo he representado un universo existente en el western americano ... Moebius es todo lo demás: la yuxtaposición, el patchwork, el derrapage, el humor, el sueño, ..., la desviación.
Tron
La versatilidad de Giraud se demostró también en sus incursiones en el mundo del cine, participando como diseñador en películas como "Alien", "Tron", "Abyss", "El quinto elemento" o "Willow". 
Estamos, en definitiva, ante el adiós de un genio que contribuyó a consolidar la historieta (los cómics, la BD, los fumetti, los quadrinhos) como un medio de expresión capaz de trascender sus límites narrativos convencionales, para explorar nuevas fronteras expresivas y otras formas de reflejar en imágenes las complejidas del mundo interior. Ejemplo patente de esto último fue la libérrima interpretación que hizo de los códigos narrativos y estéticos en una de sus últimas grandes obras, "Inside Moebius", a modo de diario autobiográfico en imágenes.
No habrá mejor homenaje a Jean Giradud, Gir vs. Moebius, que releer y disfrutar una vez más sus magníficas obras, deleitarnos con su desbordante imaginación, su rigor artístico y su dominio de la pluma y del pincel.

miércoles, 29 de febrero de 2012

¿Y ahora adónde vamos?: sensibilidad y sencillez para una reflexión sobre el absurdo de la violencia religiosa

Desde hace bastante tiempo, el mundo del cine está presidido por las superproducciones, los efectos especiales, el 3D y otros muchos subterfugios que enmascaran una alarmante falta de ideas y de capacidad para contar historias. Por eso, cuando uno se encuentra con una película sencilla, rodada con pocos medios, pero que destila sensibilidad por los cuatro costados y que te hace reflexionar, uno olvida decepciones anteriores y se reconcilia con el séptimo arte.
Esto es lo que me ha sucedido hoy en Badajoz en la premiere de "¿Y ahora adónde vamos?", de la libanesa Nadine Labaki, que se estrena comercialmente en España el próximo viernes, día 2 de marzo. La iniciativa ha corrido a cargo del colectivo de profesores La Tribu 2.0., cuyo objetivo es la incorporación de la cultura audiovisual al mundo de la enseñanza.
"¿Y ahora adónde vamos?", se trata de una película sencilla, que discurre íntegramente en una pequeña aldea, en la que conviven en aparente armonía las comunidades cristiana y musulmana. El villorrio es una isla de calma en medio de un mundo convulso y de un país, Líbano, martirizado por décadas de luchas religiosas. Si se mantiene en pie es gracias al empecinamiento, esfuerzo y humanidad de las mujeres, sin distinción de credos ni condiciones sociales. Éstas, con grandes dosis de sentido común, no exento de humor, e ideas que en ocasiones rozan el surrealismo, son capaces de mantener a flote su mundo, pese a la obstinada reacción primaria de los hombres, siempre al borde del baño de sangre.
La directora Nadine Labaki, reconocida internacionalmente por su anterior trabajo "Caramel", consigue transmitir emoción y sensibilidad, sin caer en la sensiblería. Se nota su toque de mujer, ese punto que a los hombres quizás se les escapa, en la plasmación del sentimiento de pérdida por la muerte de un hijo o de un marido. Por eso las mujeres son las protagonistas, representan la fortaleza, el vínculo con la tierra y la sensatez, pero también la creatividad, la imaginación y la capacidad para asumir riesgos en la búsqueda de soluciones para sus problemas.
Por otra parte la película es un canto a la comunidad, a la convivencia entre las personas, por muy diferentes que puedan ser sus creencias, su condición económica, su nivel social, etc. Labaki nos hace reflexionar sobre lo absurdo de morir y matar por diferencias religiosas: es muchísimo más lo que nos une por el simple hecho de ser personas, que lo que nos pueda separar por creer en un dios u otro.
Todo ello aderezado por una magnífica fotografía de los paisajes áridos y semidesérticos que rodean a la aldea, una banda sonora y unas canciones que ayudan a crear el ambiente y el tono necesario en la película y unos actores suficientemente efectivos como para perfilar los rasgos psicológicos de los personajes, en especial de los femeninos. 
La verdad es que ha sido una experiencia reconfortante, que recomiendo a todos los que tengan la oportunidad de ver la película.

 

jueves, 9 de febrero de 2012

Contra el discurso único


Hace pocas fechas mi hija, con sus 17 años, me decía que le sorprendía mi optimismo y mi confianza en el ser humano, a la vista de las cosas que están ocurriendo en el mundo. Su razonamiento, lógico a su edad, me hizo reflexionar una vez más sobre lo que está aconteciendo en muchos ámbitos de la vida, desde el económico, al político, pasando por la economía, las relaciones internacionales, la cultura, etc.
La conclusión a la que llego es que nos están vendiendo un producto contaminado, pasado de fecha, pero que lo estamos comprando resignadamente, casi sin atrevernos a levantar un poco la voz para quejarnos, no vaya a ser que los augurios de que todo puede ir a peor se confirmen. Y, sencillamente, empiezo a estar harto.
Harto de que nos acogoten, de que pretendan meternos el miedo en el cuerpo para dejar la vía expedita a los adalides del liberalismo económico y social, aquellos que piensan que la esencia está en la individualidad y que quien tiene medios y posibles debe emplearlos en beneficio propio y que los demás se apañen.
Hastiado de la voracidad de los inversores, ávidos de beneficios (por eso invierten y prestan dinero), pero que rehúyen el riesgo de la apuesta y pretenden salvaguardarse a costa de hundir en la miseria a países enteros.
Cansado de que señores encorbatados con sueldos que suman varios cientos de miles o millones de euros, nos digan que no es posible mantener nuestro fantástico Estado del Bienestar. Ese que nos garantiza la extraordinaria suma de 641,40 € como Salario Mínimo Interprofesional. Ya sabemos todos que con esa cantidad cualquier familia sale adelante pagando vivienda, agua, luz, gas; además de comer, afrontar gastos como los escolares, vestimenta, transporte, etc. ¡Todo un lujo, dónde vamos a parar!
Indignado con un sector financiero que se ha lucrado constantemente a nuestra costa (no es verdad que nos haya hecho favor alguno, porque todo lo hemos tenido que pagar), y que ahora aduce dificultades y restringe el crédito. Aunque bien pensado, quizás los pobres tengan razón y las cosas les estén yendo muy mal. Porque vaya miseria han sido los 4.015 millones de euros obtenidos por el BBVA en 2011. Y qué decir de la porquería que representan los 5.351 millones de euros logrados por el Banco de Santander, o los 1.291 millones de euros de CaixaBanc (La Caixa). Ciertamente somos muy injustos pidiéndoles que hagan fluir el crédito para que familias y pequeñas empresas puedan salir adelante y contar con una liquidez hoy por hoy inexistente.
Saturado de la campaña en contra de todo lo que tenga que ver con el sector público, como si ahí estuvieran los grandes males, mientras se prepara el terreno para ampliar aún más la privatización en sectores como la educación, la sanidad, los servicios sociales, etc. Todavía me ha de demostrar alguien que, como norma, es mejor lo privado que lo público. Quizás haya quien se crea que es mejor esperar 3 meses a obtener cita de un oftalmólogo privado (que cobrará un ojo de la cara), que esperar el mismo tiempo para una cita en la sanidad pública.
Ahíto de que nos tomen por el pito del sereno (con todos mis respetos al extinto gremio de los serenos) y de que nos cuenten trolas y nos las traguemos a sabiendas de su falsedad, como que dejando fuera de juego a Zapatero se solucionaban todos los problemas de este país, el dinero fluiría, el trabajo afloraría, la economía crecería y todos estaríamos instalados, como prometió Rajoy, en la ¡felicidad!
Aburrido de que, como siempre, los ciudadanos, los trabajadores, seamos el chopped (la economía no da para jamón) del bocadillo y seamos los primeros a los que hay que recortar, en servicios, en prestaciones, en salarios y en derechos, porque somos unos manirrotos y así nos va. Y de que los empresarios (algunos, pues hay de todo en la viña del señor) siempre quieran abaratar el despido y facilitarlo, cuando la realidad cotidiana es que cualquier empresario sin escrúpulos puede tener atado a un trabajador durante meses (por no decir más tiempo), sin abonarle un salario y sin despedirle, condenando a familias enteras a la precariedad absoluta.
Irritado con el permanente desenfoque en el tema de los impuestos. Sí, yo quiero pagar (y pago) mis impuestos. Quiero contribuir con mi aportación a que todos tengamos acceso a una buena sanidad pública, a una buena educación pública, a unas buenas infraestructuras públicas, a unos buenos equipamientos y programaciones culturales, a una cobertura social para aquellos que han tenido menos posibilidades por múltiples circunstancias, etc. Ahora bien, lo que quiero es que ese dinero se gestione con eficacia y eficiencia. Y lo que también quiero es que los que más tienen contribuyan más, pues es la forma de equilibrar la sociedad. Y que no nos sometan al chantaje de llevarse el dinero fuera si tienen que pagar más impuestos. Por cierto, el problema de Grecia estaría resuelto si todo el dinero defraudado fiscalmente por las grandes fortunas y empresas, no se hubiera evadido y se hubiera reinvertido en beneficio del país y no de sus propietarios.
Desencantado, al fin, con las derechas conservadoras que siguen haciéndonos creer que se preocupan por la sociedad, cuando lo que hacen es defender y proteger sus intereses. Y con las izquierdas progresistas, incapaces de generar ilusión y nuevas ideas para los que creemos que la sociedad es algo más que una suma de individualidades aisladas. Además éstas, muchas veces, acaban haciendo el trabajo sucio a la derecha o allanándole el camino.
Saciado de la inoperancia de las instituciones internacionales; de la incapacidad para erradicar la violencia en el mundo, porque entre otras cosas hay que mantener la industria armamentística y seguir garantizando el mercado del coltán, de los diamantes y de otros productos estratégicos, aunque los habitantes de los países productores no obtengan ni las migajas; de la hipocresía mundial, por la que los derechos humanos y las dictaduras tienen gradaciones en función del volumen de negocio que pueden propiciar.
Etc., etc.
Y sin embargo creo en la fuerza de transformación de la gente.  Por eso espero poder ver el momento en el que la capacidad de raciocinio, la educación y la formación acumulada durante siglos (pese a los recortes que nos quieren imponer), nos permitan ver más allá de nuestras cortas narices y entendamos que estamos todos en el mismo barco y que formamos una sociedad planetaria. Y que no podemos seguir permitiendo que el enorme beneficio de unos pocos se sustente sobre las enormes penalidades de una inmensa mayoría.
Dato final: el consumo de artículos de lujo en el mundo creció en 2011 un 10% y en España el sector de los vehículos de alta gama subió las ventas en un 83%.