domingo, 29 de noviembre de 2009

Desde la atalaya de los 50

Hoy, 29 de noviembre de 2009, cumplo 50 años. Una magnífica atalaya desde la que contemplar el camino recorrido y otear el que viene.
Hoy es un día especial, pero no deja de ser un día más, por eso rehuyo conscientemente hacer de él una magna celebración, otorgarle complejos significados, etc.
Lo máximo son estas líneas, sólo para dejar constancia del aniversario por la redondez de la cifra: medio siglo.
Por lo demás un maravilloso día más, nublado y lluvioso en Badajoz, como me gusta que sean los días de otoño; disfrutando en la intimidad con las dos personas a las que más quiero en el mundo, Lourdes, mi mujer, y Silvia, mi hija; recibiendo las felicitaciones telefónicas y digitales de familiares y amigos.

Como curiosidad, que a uno siempre le atrae, comprobar que 1959 dio una buena hornada de cincuentones, como los baloncestistas Epi e Iturriaga, las actrices Victoria Abril y Emma Thopmson, los componentes de Mecano, Ana Torroja y José María Cano, los directors de cine Kevin Spacey, Sam Raimi y Mariano Barroso, o los líderes indígenas como la Premio Nobel, Rigoberta Menchú y Evo Morales. Y, por supuesto, Asterix.

En lo referente a los acontecimientos de ese 1959, me quedo con la Declaración Universal de los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de la ONU; la publicación de El Tambor de Hojalata, por Günter Grass; el estreno de Con faldas y a lo loco de Billy Wilder o la concesión del Premio Nobel de Medicina a Severo Ochoa.
En fin, entro en una nueva década que, como siempre me ha ocurrido, estoy convencido que será la mejor, ..., hasta el momento.

martes, 17 de noviembre de 2009

Manuel by Vázquez

Este fin de semana los medios de comunicación se han hecho eco del reciente anuncio del inicio del rodaje de una película biográfica sobre una de las figuras clave de la historieta española: Manuel by Vázquez.
La película está dirigida por otro creador que dió sus primeros pasos en el ámbito de la narrativa ilustrada, Óscar Aibar, quien hizo sus pinitos como guionista en publicaciones como Cimoc, Zona 84, El Víbora o Cairo, con la firma Oscaraibar.
Pero más que referirme a lo que puede ser la película, información facilmente accesible en multitud de lugares de internet, lo que quiero es hablar del personaje: Manuel by Vázquez.
Vázquez fue un personaje de un extraordinario talento creativo y, al mismo tiempo, un individuo que rehuyó voluntaria e intencionadamente cualquier catalogación social, cualquier encasillamiento. Capaz de pasar de la opulencia a la miseria en un instante, totalmente díscolo ante cualquier disciplina y norma, mujeriego sin límites. Pero, y por eso todos le soportaban, un auténtico genio.
Yo tuve la oportunidad de entrevistarle en un par de ocasiones. La primera de ellas en su piso de Barcelona, creo que por aquél entonces residía en la zona de la Avenida de la Meridiana. La entrevista, cuyas viejas cintas de cassette guardo como oro en paño, se la hicimos un compañero de la universidad y yo, el día 16 de mayo de 1980. El objetivo conocer su opinión y sus puntos de vista para un trabajo que estábamos haciendo, con el que queríamos demostrar que las relaciones de producción y las condiciones de trabajo de los creadores españoles de tebeos, tenían incidencia directa en el resultado final de su obra.Huelga decir que Manuel Vázquez se explayó a gusto en un tema en el que pudo poner a caldo al mundo editorial hispano y, muy especialmente, a una editorial Bruguera que ya estaba en horas más que bajas. Al margen de lo que nos explicó, la entrevista fue digna del personaje, empezando por el hecho de que a mi compañero se le habían roto los pantalones. Ni corto ni perezoso, Vázquez le hizo quedarse en paños menores, mientras le pasaba los pantalones a su compañera del momento para que los zurciese.
Mi segundo encuentro directo con by, fue ya en los años 90, con motivo de la edición del Salón del Cómic de Barcelona en la que le otorgaron un premio por el conjunto de su obra. Vázquez había dado un cambio absoluto a su trayectoria y firmando como Sappo se dedicaba a historietas eróticas en Makoki y El Víbora. Todavía recuerdo las pestes que echaba de Editorial Bruguera y de su continuadora, Ediciones B, de la que decía que se dedicaba a reeditar una y otra vez su obra, sin reconocerle el más mínimo derecho de autor. Un tiempo después también se dedicó con acierto a las tiras de actualidad, en las páginas del diario El Observador.
Vázquez fue, de algún modo, una reencarnación moderna del pícaro, como quedó plasmado en muchísimas historietas que él protagonizó como personaje, desde Los cuentos del tío Vázquez, hasta el moroso de la buhardilla de la 13 rue del Percebe.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Vicente Molina Foix: el atrevimiento de la ignorancia

Con unos días de retraso, he leído la columna de opinión que el escritor Vicente Molina Foix firmaba en la edición de la revista TIEMPO del pasado 18 de septiembre. Bajo el título Dibujos Animados (¿?), se esmera en intentar demostrar la futilidad y escaso valor de la narrativa dibujada, de los tebeos, historietas o cómics. Lo cierto es que uno esperaba de alguien como Vicente Molina Foix un cierto rigor intelectual y un poco de cultura, pero lo que descubre a través de sus líneas es la más absoluta ignorancia y un importante clasismo. Podría llenar hojas y hojas rebatiendo los argumentos de este juntaletras (creo que esta es una catalogación del mismo rango que la que él utiliza para designar a los dibujantes de historietas: dibujantes de monigotes). Pero, como ocurre muchas veces, nada mejor para dejar en evidencia a alguien que escuchar lo que dice o leer lo que escribe. A continuación reproduzco algunos de los párrafos más sabrosos del artículo de Molina Foix.
- Proliferan los cursos, semanas, exposiciones en los museos y simposios también dedicados al cómic, y todo coronado por la disparatada instauración, hace más de un año, del premio Nacional de Cómic, con el que nuestro Ministerio de Cultura enaltece al dibujante de monigotes con la misma dignidad (y el mismo dinero) -ahí le duele- que otorga al mejor novelista, poeta o ensayista del año.
- No tengo nada en contra de los tebeos, que leí de niño con el placer primario y el escaso aprovechamiento que dan estas cosas -siento su incapacidad para extraer lo mucho de bueno que nos aportaron y aportan los tebeos-.
- Que muchos ciudadanos, y entre ellos filósofos de fuste y poetisas de la experiencia, sean devotos acérrimos de los dibujantes me parece respetable; toda manía que no haga daño al prójimo lo es.
- ...mientras que el tebeo, en sus distintas encarnaciones, cómicas, eróticas o fantásticas, nunca deja de ser un entretenimiento no sé si para menores, pero desde luego muy menor.
Como guinda, hay un párrafo en el que demuestra su total desconocimiento y confusión: que tanta gente y tantos críticos serios digan que una chorrada de plastilina (¿?) como UP es una obra maestra del séptimo arte me produce vergüenza.
Me parece que con estos párrafos, queda perfectamente claro el atrevimiento que la ignorancia sobre el tema produce en Vicente Molina Foix.

En todo caso, piense lo que piense, gracias a este medio de expresión que el ningunea, lo consideremos arte, forma de comunicación o lo que sea, hemos podido disfrutar, y obtener un gran aprovechamiento, de la obra de autores como Will Eisner, Carlos Giménez, Quino, Charles Schulz, Katsuhiro Otomo, Jacques Tardi, Hugo Pratt, Moebius, Harold Foster, Windsor Mc. Cay y otros muchos.

¡Gracias a todos ellos!

lunes, 6 de julio de 2009

Por los caminos de "La Grande Boucle"





El sábado 4 de julio quedará en mi recuerdo como uno de los días más duros, deportivamente hablando, y emocionantes de mi vida.
Tal y como había previsto, la ruta pirenaica por los puertos del Peyresourde, Aspin y Tourmalet, fueron un cúmulo de dificultades que me enfrentaron al límite de mis propias posibilidades ciclistas.
La jornada arrancó en Bagneres de Luchon, villa termal, desde la que inmediatamente se ataca el primero de los puertos, el Peyresourde, de casi 15 kilómetros. Apenas habíamos empezado a pedalear, cuando un chaparrón nos obliga a guarecernos en una vieja gasolinera que está a la salida del pueblo.
Tras unos minutos observando el cielo, pareció abrir y nos pusimos en ruta. Buenas sensaciones en las piernas, pese a lo complicado que me resulta coger ritmo subiendo sin haber rodado previamente. Poco a poco me voy encontrando mejor. A lo lejos se escuchan fuertes truenos y al cabo de un rato empiezan a caer gotas, que después se convierten en muchas gotas y finalmente en un gran chaparrón. Me voy mojando, pero como no hace frío, me siento cómodo, aunque chorreo agua por los cuatro costados. La carretera parece un río, pero aún así, sigo adelante. Poco a poco cesa la lluvia, se deja entrever el sol y ya casi estoy en la cima. Primer objetivo logrado.
Parada para ingerir líquidos y alimentos, gracias al avituallamiento que lleva preparado Adriana, la mujer de Rafa, que nos hace la asistencia en carretera.
Tras unos minutos, nos abrigamos, y descendemos el puerto camino al próximo objetivo, el Col d'Aspin, de unos 12 kilómetros, que se me van haciendo cada vez más duros.
Finalmente consigo, bastante cansado, coronar Aspin. Allí, todo huele a ciclismo. Coches de apoyo a los distintos grupitos y personas que a lo largo del día van subiendo y bajando, al igual que ocurre con el resto de los puertos pirenaicos que todos asociamos al Tour de France, a la gran boucle.
En Aspin bebo y como para reponer energías y recargar el depósito de cara a lo más dificil de la jornada: la subida al Tourmalet.
Descendemos hasta la base del Tourmalet. Allí parada obligatoria para rellenar los bidones con el agua de una fuente de la que es tradicional servirse antes de iniciar el ascenso. Allí, un cartel que te informa de la longitud total de la subida, 16,7 kilómetros, con una pendiente media del 4,5 %. No parece muy duro, pero si tenemos en cuenta que los tres o cuatro primeros kilómetros oscilan entre un 2 y un 3%, nos vamos dando cuenta que la parte final de la subida se mantiene durante varios kilómetros en una media del 9,5%.
La subida se convierte en una auténtica tortura. Me siento bien de piernas y de fuerzas, pero de tanto en tanto me agarroto y me veo obligado a poner el pie en tierra, para estirar un poco. Aún así, no desisto y sigo, poco a poco, subiendo. Llego a la estación de esquí de La Mongie, donde están las rampas más duras. Para postre, me equivoco y cojo un desvío incorrecto, entre ovejas y vacas pirenaicas. Me armo de paciencia y busco el retorno a la carretera adecuada. Apenas quedan unos 4 kilómetros, pero eso es una eternidad subiendo a una velocidad que oscila entre los 6 y los 8 kilómetros por hora. Saco fuerzas de donde ya creo que no hay pero, al final, ¡sí!, ahí está la cima del Tourmalet. Veo a Adriana con la cámara presta a retratar mi llegada y a Rafa, animándome en los escasos metros que me faltan. ¡Ya está! Ahora llegan las fotos, el retrato con el fondo del gigante de la ruta, la visita al bar del Tourmalet en el que reposan algunas de las pioneras bicicletas con las que se subía en los primeros años, 1908 y siguientes. Después de descansar un poco, comer y beber, tomar un té caliente, descendemos por una ruta preciosa y divertida hasta Luz de Saint-Sauver.
¡Objetivo conseguido!. Cada uno tiene sus límites deportivos y yo he conseguido superar el mío. Estoy dolorido y cansado, pero satisfecho. Y como uno debe analizar siempre las cosas, el principal problema que he tenido ha sido que no conseguí quitarme en ningún momento de la cabeza el reto al que me enfrentaba. Lo mismo que otras veces ir en bicicleta me servía para pensar en otras cosas, en esta ocasión era tanta la ilusión que en ningún momento dejé de pensar en lo que estaba haciendo, en lo que me quedaba, en la dureza de las pendientes, etc. Y eso, probablemente, me dificultó más el pedaleo que la propia complicación de la carretera.

viernes, 3 de julio de 2009

Tren Estrella: retorno al pasado

En tiempos de AVE y demás moderneces ferroviarias, viajar en un Tren Estrella es como hacer un retroceso en el tiempo.
Finalmente esta ha sido la mejor opción, por no decir casi la única (automóvil al margen), para ir a Barcelona con la bicicleta, desde donde Rafa Vallbona me recogería camino de Bagneres de Luchon.
La cosa empezó anoche en la estación de Chamartín. Hacia las 21.45 horas, con el tren ya estacionado en la vía, primer atasco para acceder al vagón. La gente atorada por los estrechos pasillos, mientras intenta colocar su equipaje en los exiguos compartimentos. Si además llevas una bicicleta en su funda y una bolsa llena de todo el material necesario para ir en ella, pues no te cuento.
Cuando ya consigo entrar en el compartimento compruebo que la litera que me toca es la de arriba del todo. Subo a dejar la bolsa y noto un tremendo calor, al que lógicamente no se puede poner coto porque los botones del hipotético aire acondicionado van a su libre albedrío.
Siguiente problema, la bicicleta tiene que caber tumbada debajo de las literas inferiores. ¡No cabe!. Solución, sacar las dos ruedas y mirar de colocarlas de alguna forma en una especie de altillo que hay encima de la puerta. Lo consigo con la ayuda de un amable viajero, con el que esta noche compartiré sudores y traqueteos. Lo que no estoy muy seguro es que ambas ruedas no acaben aterrizando con alevosía y nocturnidad encima de mi amplia y despejada frente.
Al poco de arrancar el tren, decido que mejor armarse de paciencia y pasar la noche estirado intentando descansar. Hay que reconocer que la ropa de cama está limpia, lo que no deja de agradecerse. Al tumbarse, ¡aaaarrrggggghhhhhh!, compruebo que el lecho está ardiendo. Aferrado a mi estoicismo, argumento que probablemente no me había enterado de que el billete incluía un servicio gratuito de sauna.
A partir de ahí la noche pasa sin mayores problemas que los ya descritos. Incluso duermo algunos períodos, gracias a que los compañeros de viaje son gente apacible que no molesta. Alguno, litera intermedia, hasta es capaz de pasar la noche durmiendo, arropado con la sabanita y con una escueta mantita que hay en cada litera: ¡impresionante!, que diría ese genio de las letras que es David Bisbal.
Lo mejor, la puntualidad final del tren, y que a las 8.30 horas ya estaba en Premià de Mar, en casa de mi madre, en una mañana calurosa, aunque con una agradable brisa.
En fin, mejor no pensar en el viaje de regreso la noche del domingo. Espero estar tan cansado de la etapa pirenaica, que pueda abstraerme y descansar.
Una última reflexión: hay que invertir en ferrocarril convencional, no sólo en AVES, y este país no está pensado para moverse de una punta a otra en transporte público con una bicicleta a cuestas.

martes, 30 de junio de 2009

Pirineos 2009: el reto está ahí

Por fin el día ha llegado y el reto está ahí, a la vuelta de la esquina. El año pasado no fue posible por diversas circunstancias y entonces me comprometí públicamente, a través de este blog, a subir el Tourmalet en 2009.
Ahora faltan pocas horas para que inicie el camino que me ha de llevar hasta Bagneres de Luchon, punto de partida para el reto pirenaico en el que me va a acompañar mi amigo de toda la vida Rafael Vallbona.
Reconozco que me siento un poco tenso ante el envite. Hacía años que no tenía esa sensación, inherente al ejercicio deportivo, propia de cuando estás ante uno de los momentos decisivos de una competición, aunque en este caso la única lucha es con uno mismo y con la montaña.
Finalmente será el sábado que viene, coincidiendo con el incio del Tour de Francia 2009, cuando abordemos esta etapa en los Pirineos, digna de la gran ronda gala. Por orden, iremos subiendo el col de Peyresourde, el col d'Aspin y, finalmente, la cima mítica del Tourmalet.
En la recámara, por si el cuerpo y las ganas lo permiten, nos queda Luz Ardiden. Sé que voy a sufrir y a sentir dolor, pero también imagino la sensación de euforia indescriptible cuando consiga coronar, ¡eso espero!, el puerto que vio las míticas hazañas de Bahamontes, Coppi, Merckx, Van Impe, Ruiz Cabestany, Rominger, etc.
Soy un ciclista pausado y tranquilo, como definió Rafa hace dos años en un comentario en su blog ciclista (eltourmalet.blogspot.com), con menos dedicación y tiempo del que me gustaría, pero que disfruto de estos momentos de soledad y reflexión personal encima de la bicicleta. Y si lo puedes hacer con el ánimo y la enseñanza de un amigo como Rafael Vallbona, pues mejor todavía. Y además contando en esta ocasión con la inestimable colaboración de Adriana, su mujer, que nos va a hacer de asistencia en carretera: ropa seca, pasta, líquido, bocatas, etc.
Es mi reto, y mi pequeño homenaje, a esos 50 años que ya asoman las orejas a la vuelta del próximo noviembre.

domingo, 14 de junio de 2009

Los intranquilizantes Mundos de Coraline


En más de una ocasión he expresado mi convencimiento de que muchas de las mejores cosas que se están haciendo en el cine actual son las películas de animación.
Esta convicción se ha visto reforzada tras la visión de Los Mundos de Coraline, que nos acaba de llegar de la mano de Henry Selick, el director de Pesadilla antes de Navidad (producida por Tim Burton) y de la adaptación de James y el melocotón gigante, uno de los libros de Roal Dahl.
Lo que está claro es que Los Mundos de Coraline, adaptación de una obra previa de Neil Gaiman, guionista de la historieta Sandman; no es una película para niños. Incluso añadiría que tampoco es una película para muchos adultos.
La sensación que uno tiene mientras la está viendo es de desasosiego, haciendo que uno se mueva incómodo en la butaca del cine. No sólo por lo que se ve, sino por lo mucho que se intuye. Selick se recrea jugando a su manera con el espectador, haciéndole transitar en un complejo escenario de mundos paralelos, en la que casi nada es lo que parece, pero muchas cosas son tan reales como la vida misma.
Con evidentes ecos de sus obras previas, Los Mundos de Coraline tiene múltiples resonancias de películas clásicas como Alicia en el País de las Maravillas, de los ambientes surrealistas de Jean Cocteau, incluso de algunos momentos del cine burlesco y decadentemente excesivo de Fellini.
Todo esto presentado en un precioso envoltorio estético tridimensional, que no se puede apreciar en las salas de cine de Badajoz, bien porque no tienen la máquina de proyección correspondiente, bien porque no te entregan las gafas con las que supuestamente deben visionarse.
Aún así, el disfrute es máximo, obligándote a reflexionar, a tomar partido por la niña adolescente, a la que sus padres no prestan atención, absortos como están en su trabajo para conseguir sacar adelante la familia. Que te obliga a replantearte de nuevo la relación cuando esa necesaria y deseable rebeldía se aboca al abismo del no retorno, de la pérdida de la identidad, de la renuncia a la personalidad representada por la fatídica decisión de renunciar a los ojos y aceptar botones en su puesto.
En definitiva, una magnífica obra, sin concesiones a la galería, bien narrada, apoyada eficazmente en una banda sonora que es un personaje más de la historia.
El cine de animación vive un gran momento, de lo que nos alegramos aquellos que nunca hemos necesitado la excusa de los niños (hijos, sobrinos, etc.) para ir a ver dibujos animados, cosa que al parecer si han necesitado muchos (especialmente críticos cinematográficos) que ahora lo están descubriendo y reivindicando.

domingo, 24 de mayo de 2009

Las Hurdes, Fermín Solís y Luis Buñuel

He aprovechado este fin de semana para releer el interesante libro de historietas del cacereño Fermín Solís, Buñuel en el laberinto de las tortugas, que supone una novedosa aproximación a este territorio del noroeste de Cáceres y a la película que allí rodó Luis Buñuel.
La lectura del libro de Solís, en un momento en el que la historieta está permitiendo nuevas aproximaciones a múltiples temas, también me ha servido para recuperar algunos de mis recuerdos relacionados con Las Hurdes.
Para bien o para mal, la historia de esta bellísima comarca natural ha estado ligada durante el siglo XX a la película de Buñuel. Los hurdanos se han sentido profundamente maltratados, no sólo por la imagen que de ellos dió Buñuel, sino porque el tremendo impacto que causó el autor aragonés ha marcado, de forma muy evidente, la relación del resto del mundo con Las Hurdes durante décadas.
Mi primera aproximación a su realidad, y a la desconfianza y reticencia ante cada nuevo intento de reflejarla, tuvo lugar entre finales de 1989 y 1990. En aquella época ocupaba la dirección de RNE en Plasencia y asistí a unas jornadas en el Centro Cultural Santa María en las que se hablaba de Las Hurdes, de su historia, de la influencia que tuvo en su momento la visita del Rey Alfonso XIII o la película de Buñuel. Pasaron por aquellas jornadas personas como Mauricio Catani o Estanislao Martín.
Más tarde, ya en 1998, tuve la oportunidad de participar directamente en uno de los hechos que, quizás, más han contribuido a modificar la imagen de la comarca, no sólo entre los extremeños, sino ante el conjunto de la sociedad española, e incluso yo diría ante el mundo: el viaje de los actuales Reyes de España.
El 14 y 15 de abril de 1998 fue la ocasión para que Las Hurdes mostraran al mundo una cara totalmente distinta a la que existía en el imaginario colectivo. Más de 130 periodistas de todo el mundo, recorrieron los espectaculares rincones hurdanos, comprobando que se trataba de un lugar más, con sus virtudes y sus defectos, con sus oportunidades y sus problemas. Un territorio definitivamente alejado de los estigmas, imaginarios o no, que les habían acompañado durante buena parte de su historia. Yo tomé parte como Jefe del Gabinete de Prensa de la Junta de Extremadura, junto a un magnífico equipo de compañeros en el que, por citar algunos, debo mencionar a Andrés Mateos, Federico Galán, Marisol Pérez, María José Rebollo, José Sánchez, Carramiñana y Mayte Sánchez.
Ahora, el buen hacer de Fermín Solís, me ha permitido no sólo adentrarme de un modo distinto en esa historia, sino además profundizar en un Buñuel a la búsqueda de su propio yo.

domingo, 3 de mayo de 2009

La generación de arquitectos que cambió Barcelona


Estos día vuelve a ser noticia la arquitecta Beth Galí, que deja la presidencia del Foment de les Arts i el Disseny (FAD), tras cuatro años al frente de la prestigiosa entidad catalana, fundada en 1903, auténtica pionera y referente del diseño y la arquitectura.
El caso es que Beth Galí, hasta hace poco un mero nombre para mí, adquiere una mayor interés tras haber leído recientemente el libro de Llàtzer Moix, La Ciudad de los Arquitectos (Anagrama).

Llàtzer Moix, actual redactor jefe de cultura del diario La Vanguardia, escribió en 1994 el mencionado libro, en el que a partir de múltiples testimonios de los protagonistas, directos e indirectos, reconstruye el proceso de cambio urbano de la ciudad de Barcelona. Un proceso que arranca con la llegada a la alcaldía de Narcís Serra, el fichaje de Oriol Bohigas como máximo responsable del urbanismo arquitectónico barcelonés, y que se prolonga hasta nuestros días.
En el camino hitos como los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 o el Fórum de las Culturas, acontecimientos que al margen de su éxito o fracaso, sirvieron como argumento para una nueva reinvención y reconceptualización de Barcelona, hasta llevarla al podium de las ciudades más atractivas del planeta, con las ventajas e inconvenientes que ello supone.
Con el libro de Moix, cuya narración termina en la práctica en los primeros momentos de la post-olimpiada, uno puede descubrir el intenso esfuerzo de un grupo de arquitectos, amparados por Serra y Maragall, por cambiar la estructura urbana de la ciudad, por hacer que volviera a mirar al mar, por humanizarla, por dotarla de calidad. Ahora bien, en muchos casos eso se hizo en medio de graves luchas internas, con enfrentamientos corporativos de todo tipo, con los ingenieros de caminos, con las distintas administraciones, entre los propios arquitectos. Un proceso en el que no faltaron las luchas de egos: el propio Oriol Bohigas, Moneo, Calatrava, Álvaro Siza, Óscar Tusquets, Acebillo, Norman Foster, Bofill, etc.
Un proceso, internacionalmente alabado y puesto de ejemplo, pero en el que aparecen muchas sombras, muchos tics de un nuevo despotismo ilustrado, en el que no siempre se tenía en cuenta lo que podía ser mejor y más conveniente para las personas que diariamente deben vivir la ciudad.

Uno de los brazos ejecutores de toda esta transformación fue el llamado grupo de los Lápices, un grupo de jóvenes estudiantes de los últimos años de arquitectura en la ETSAB (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona), que fueron el soporte para el trabajo que quería llevar a cabo Oriol Bohigas y su equipo en el ayuntamiento. Y entre estos lápices, precisamente estaba la ahora saliente presidenta del FAD, Beth Galí.
Una buena lectura, por lo tanto, para descubrir gran parte de los entresijos del cómo y porqué la Barcelona actual és como la conocemos.

lunes, 27 de abril de 2009

MACC: reafirmando la red multicultural


Durante cuatro días he estado en Tenerife con motivo de la presencia de nuestra empresa e-Cultura, como organización colaboradora e invitada en la primera edición del Mercado Atlántico de Creación Contemporánea (MACC). He vuelto con las pilas cargadas, satisfecho por el buen resultado del trabajo desarrollado y por la convivencia interna que hemos tenido, que nos ha permitido conocernos mejor y fortalecernos como grupo.
Pero además, me ha servido, de nuevo, para reafirmarme en que la multiculturalidad en red es un fenómeno irreversible. Creo que la humanidad ha sido siempre multicultural. La historia del mundo es la de los constantes flujos y reflujos culturales, la hibridación permanente (voluntaria u obligada). La gran diferencia es que ahora esos procesos que antes se medían en siglos o décadas, se miden en años, meses o días. Otra diferencia, creo, es que en muchos casos es buscada, propiciada e incluso anhelada, por su capacidad de enriquecimiento, de aportar valor y perspectivas a las cosas. Para algunos pueden parecer entretenimientos de las ricas y en ocasiones aburridas sociedades desarrolladas, pero estoy seguro de que no es así. Es más, creo que puede ser una aportación importante para el entendimiento y la comprensión del otro, así como para la superación de las desigualdades globales que existen en el planeta.
Estas son algunas de las reflexiones que me han surgido observando lo que estos días ocurría entre salas, pasillos y vestíbulos del Auditorio de Tenerife.
El MACC es una iniciativa en cuya puesta en marcha han confluido personas y organizaciones distintas, pero no distantes, unidas por la convicción común en la potencia del proceso creativo como factor de desarrollo para la sociedad.

Personas y organizaciones como Manel Montañés, director del encuentro y ex-responsable de la Fira de la Música de Vic; Manuel Vizcaya, de Mirmidón; Vítor Belho y Paco de Pín; e-Cultura, con Félix Lozano a la cabeza. Gallegos, canarios, catalanes, extremeños, madrileños, andaluces, etc., arrimando el hombro en un esfuerzo común, tejiendo la red multicultural.

miércoles, 8 de abril de 2009

La desconocida historia de la República de Fiume


Un episodio bastante desconocido de la historia del siglo XX europeo fue la proclamación en 1919 de la independencia de la República Independiente de Fiume, al frente de la cual estuvo inicialmente el poeta italiano Gabriele D’Annunzio.
Este territorio, habitado mayoritariamente por italianos, fue entregado, en virtud del Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial, a la antigua Yugoslavia, lo que fue el detonante para la independencia de la ciudad.
Fiume, la actual Rijeka croata, fue independiente durante 4 años, teniendo una vida convulsa en la que confluyeron las tropas italianas que la cercaban, desertores integrados en el ejército de la ciudad, fascistas, espías, gánsteres y mafiosos, activistas comunistas y anarquistas, etc.
Este es el caldo de cultivo en el que David B. hace deambular a sus personajes en su álbum Por los caminos oscuros. 1. Los prólogos, publicado por Norma Editorial. El dibujante francés David Beauchard (que siempre firma sus obras como David B.) está considerado como uno de los autores más destacados del actual panorama historietístico, habiendo tenido múltiples reconocimientos en certámenes como el Salón de Angulema.
El álbum que me ocupa, una de las últimas lecturas que acabo de hacer, resulta altamente atractivo. Con un estilo en el que podemos hallar reflejos estéticos que van desde el expresionismo, hasta la Bauhaus, David B. desgrana la historia de sus personajes en un tono que va del retrato social, al más puro surrealismo, sin olvidar su anclaje con los hechos históricos que le sirven de marco.
Su lectura, llena de ensoñaciones y anarquía, logra trasladarnos a un ambiente, el de entreguerras, en el que uno vislumbra como el fin de la Gran Guerra había dejado perfectamente sembradas las semillas de las atrocidades que nos llegarían con la Segunda Guerra Mundial.
Y Fiume fue, de hecho, un laboratorio experimental, en el que D’Annunzio sentó muchos de los principios organizativos sobre los que después se asentó el fascismo de Mussolini.
Buena obra, por lo tanto, para disfrutar, pero sobre todo para reflexionar.

viernes, 27 de marzo de 2009

Homo detritus

Hace días que tenía ganas de escribir este comentario, pero no acababa de dar con el título adecuado. Hasta que ayer, bromeando con José María Lama sobre el asunto, dimos con la tecla: Homo detritus. El caso es que cada vez estoy más convencido de que si en algo se diferencia el hombre del animal, es en la capacidad infinita que tenemos para generar residuos. Vayamos donde vayamos, siempre hallaremos restos de la presencia humana. Ya podemos estar en el lugar más recóndito del planeta que, por una vía u otra, habrá basura inorgánica, no degradable, contaminante. En el Himalaya, en la zona en la que las expediciones montan sus campos base, se procede periódicamente a la retirada de toneladas de basura. En África, la relativamente pequeña capacidad para producir basura se combina con la casi total inexistencia de sistemas para su eliminación, generando enormes zonas de contaminación residual. Si hablamos de nuestro pequeño microcosmos casero, qué decir de la cantidad de bolsas de plástico, envases de todo tipo, botellas, cartones, briks, etc., que somos capaces de reunir en un solo día. Y si nos situamos en nuestras ciudades, sólo hace falta darse una vuelta por ellas para ver la cantidad de basura y restos de todo tipo que se acumulan dentro y fuera de los contenedores, en los descampados, en cualquier esquina, etc. Restos orgánicos, inorgánicos, utensilios rotos, restos de obras, accesorios de vehículos, mobiliario y un largo etcétera. Lo dicho, somos una inagotable fuente de generación de residuos. Y si no, que se lo pregunten al romántico Wall-E, el robot compactador de basuras, que me hizo volver de nuevo a mi reflexión viéndole en su inagotable esfuerzo por clasificar y ordenar un mundo convertido en vertedero.

sábado, 21 de marzo de 2009

Ángel Campos, Lisboa y Alain Tanner

Anoche acudí a la Biblioteca Regional de Extremadura, en la Alcazaba de Badajoz, para asistir al acto de homenaje al poeta, traductor y profesor Ángel Campos Pámpano, prematuramente desaparecido en noviembre del año pasado.
Como dijo uno de los participantes, casi nunca tanta gente se había dado cita en torno a la poesía en esta ciudad.
Mi relación con Ángel Campos fue fugaz, reduciéndose a algunas reuniones en los momentos iniciales de la Asociación Cultural Extremeño Alentejana y algunos encuentros ocasionales con motivo de alguno de los muchos actos relacionados con Portugal a los que he asistido profesionalmente, tanto en Extremadura, como en Lisboa.
Y sin embargo, Ángel es una presencia habitual en mi imaginario a partir de esas extrañas conexiones que a veces uno establece entre las cosas.
Esa conexión tiene en su eje a Lisboa, una de las ciudades más fascinantes que conozco, a la que siempre me gusta regresar y a la que estará siempre asociada la figura de Ángel. Igual que, para mí, lo está uno de mis directores de cine preferidos, el suizo Alain Tanner.
El cineasta suizo rodó en 1982 y estrenó en 1983 En la ciudad blanca, un fascinante ejercicio de interiorización y enamoramiento por Lisboa. Un cine de otra época, poético, con tiempo para los detalles. Un cine que se hermana con la poesía de Ángel, con su propia La ciudad blanca, que también arranca en 1983.
Son pequeños detalles, pero que para mí establecen de forma permanente esa relación triangular: Ángel Campos, Lisboa y Alain Tanner.

sábado, 14 de marzo de 2009

Pedalada 2009: 139 km por La Vera y el Campo Arañuelo

Por sexto año consecutivo un grupo de amigos se han desplazado desde Barcelona a Extremadura para pasar un fin de semana ciclista conmigo. Este año hemos batido records y hemos sido cinco en total: Pep Morell y Josep Serra, que han venido por primera vez; Lluis Cuevas, que repite después de haber venido hace tres años, cuando la mítica ascensión al Puerto de Honduras nevando; y Rafa Vallbona, amigo de toda la vida, que todos los años acude a la cita y que hace de prescriptor de la Pedalada entre sus amistades ciclistas.
La jornada ha estado acompañada por un tiempo magnífico, incluso algo nueblado por momentos, lo que nos ha permitido hacer toda la primera parte de la etapa sin excesivo calor.
Hemos salido desde Navalmoral de la Mata, habitual punto de encuentro y concentración, hacia las 9.30 horas, una vez solventadas algunas pequeñas cuestiones técnicas en mi bicicleta (y eso que ayer la recogí del taller parqa que estuviera a punto).
Para abrir bloca y entrar un poco en calor, hemos empezado la ruta yendo hasta Belvís de Monroy. Desde allí hacia Saucedilla, Casatejada y el cruce de la carretera de Navalmoral a Jaraíz, donde nos hemos desviado hasta buscar el enlace hacia Jarandilla por las Cuestas de Torreseca. Ahí es donde han empezado las dificultades, que han continuado cuando hemos hecho la subida hasta el Guijo de Santa Bárbara que con sus 870 metros de altitud ha sido el punto más elevado de la ruta.
Después bajada de nuevo hasta Jarandilla, por la otra carretera, y alto en el camino para reponer fuerzas.
Hacia las tres de la tarde hemos emprendido de nuevo la marcha y, como suele ser habitual, después de comer algo cuesta volver a coger el ritmo. Hemos pasado por Losar de la Vera y la Garganta de Cuartos, hemos subido hasta Viandar y Talaveruela de la Vera, hemos iniciado el regreso por la carretera de la Confederación Hidrográfica del Tajo que lleva desde Valverde hasta Barquilla de Pinares y de allí, por Tietar y Rosalejo, hasta Navalmoral. Los últimos 18 kilómetros han sido los más pesados, con interminables rectas que se hacían muy pastosas en terminología ciclista.
Hacia las seis de la tarde hemos acabado la ruta, tras unos 139 kilómetros de recorrido.
Ha sido una experiencia, como siempre, sumamente agradable. Haciendo ejercicio al tiempo que disfrutamos de nuestra amistad.
Y los paisajes totalmente cambiantes, desde la dehesa, hasta los bosques de robles y castaños camino del Guijo, sin olvidarnos de las zonas de sotobosque, los matorrales, la retama, las jaras y el brezo en flor. Y en cuanto a paisajes, qué decir del impresionante espectáculo de Gredos, que aún mantiene sus buenos neveros.
Ahora descansar, una cena de calidad en La Abadía de Cuacos de Yuste y mañana una etapita dde 60 km como despedida.
Por último agradecer a un compañero, Marcos Ortíz, que haya hecho su aportación artística diseñando el logotipo que hemos lucido en los maillots que he preparado para la ocasión.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Viaje de ida y vuelta a la miseria

Una de las noticias que hoy ha ocupado espacio en los medios de comunicación me ha sobrecogido de manera especial: dos de los protagonistas infantiles, un niño y una niña, de la oscarizada Slumdog Millionaire están viviendo un auténtico trauma en el regreso a su miserable hogar en Bombay. Este hecho me lleva a la reflexión de cómo Occidente, o por ser más estricto, los países opulentos, siguen jugando con una doble moral. Por un lado muestran permanentemente sus riquezas, sus lujos caprichosos, su consumo desmedido. Por otro, rechazan sistemáticamente cualquier posibilidad real (no declarativa) de renunciar a parte de sus prebendas en beneficio de los países más necesitados.
A veces ese choque se produce como consecuencia de acciones absolutamente bienintencionadas, en las que personas de países depauperados tienen la oportunidad, por unos días, de estar en algún lugar del llamado primer mundo para recibir cuidados médicos, sanitarios, sociales, o acceder temporalmente a estudios y formación.
Pero otras veces, ese choque puede ser el fruto de un mal cálculo, como creo que es el que se produce en este caso.
Unos pequeños son extraídos temporalmente de su entorno de miseria, para convertirse en actores de una película extranjera, británica en este caso. Durante este período comen regularmente, son atendidos y cuidados, duermen en una cama (un lujo auténticamente desconocido para ellos), viajan, etc. Es más, llegan al cénit del glamour y la lentejuela, a Hollywood: hoteles de lujo, ropas carísimas, flashes, alfombras rojas, comida por doquier, etc.
Y, de repente, todo eso acaba y vuelven a su rastrero e inmundo destino, a su suelo para dormir, a los excrementos rodeándoles por todas partes, a su invalidez como seres humanos. E intentan rebelarse, obteniendo como recompensa una paliza paterna por no querer atender a un periodista que iba a pagar dinero por una entrevista.
Teniendo en cuenta que los productores de la cinta algún beneficio económico obtendrán, sobre todo después de la lluvia de galardones que han recibido, ¿no habría sido razonable que hubieran hecho algo más para mitigar la situación de estos pequeños y sus familias?.
Ya sé que con ese pequeño gesto no se resuelve el problema de las desigualdades, ni la miseria de millones de personas en países como la India y otros muchos. Pero por lo menos, en un caso concreto, no se habría reproducido el viejo esquema de aprovechamiento de Occidente, ni se habría contribuído a arruinar, aún más, la vida de estos niños.

jueves, 19 de febrero de 2009

Gasca, Gubern y las onomatopeyas

Mi querido amigo José María Lama se ha reincorporado al trabajo tras un tiempo de baja. Conocedor de mi afición por la historieta, ha tenido a bien obsequiarme con un hermoso libro, tanto por su contenido, como por la edición realizada por Cátedra, en su colección Signo e Imagen: Diccionario de onomatopeyas del cómic.
Con este volumen, sus autores, Luis Gasca y Román Gubern, vuelven a la senda iniciada veinte años antes con la publicación de El dircurso del cómic, en la misma editorial y colección. En 1988 dedicaban su trabajo a revisar buena parte de los elementos que constituyen el fundamento de la narrativa dibujada, desde los símbolos cinéticos, hasta los globos, pasando por estereotipos, metáforas visuales, etc. Entre ellos, por supuesto, estaban las onomatopeyas, a las que dedicaban apenas diez páginas que, en el nuevo libro, se convierten en más de cuatrocientas.
La obra responde rigurosamente al planteamiento que se deduce de su título y, por lo tanto, estamos ante un diccionario, aunque todas sus entradas no se correspondan estrictamente con lo que son las onomatopeyas. A lo largo del mismo se van sucediendo ilustraciones y explicaciones sobre cada una de las onomatopeyas, intentando aclarar los orígenes de la misma, su mayor o menor utilización. Al mismo tiempo la obra supone un compendio visual de lo más destacado de la historia de los tebeos.
Una buena aportación de una de las más veteranas parejas de teóricos del arte visual en nuestro país y en Europa, hermanados además por su común afición al cine y a la historieta. Luis Gasca, junto a Terenci Moix y Juan Antonio Ramírez, fue de los primeros autores a los que me aproximé en mis adolescentes años del Instituto Alejandro Satorras de Mataró, cuando aprovechaba el tiempo entre las clases de la mañana y las de la tarde para ir a la Biblioteca de la Caja de Ahorros Layetana. Un interés por el estudio de los tebeos que se acrecentó tiempo después, ya en la universidad, con la lectura del imprescindible El lenguaje de los cómics y el privilegio de haber podido tener como profesor a su autor, el mismísimo Romà Gubern.

martes, 10 de febrero de 2009

Berlusconi: Il Cavaliere impresentable

Hay personajes en el mundo que me producen auténticas náuseas. Uno de ellos es Silvio Berlusconi. El denominado Cavaliere, es un auténtico ejemplo de lo que es un impresentable, por no añadir sus cada vez más evidentes devaneos fascistoides.
Y lo que a muchos sin duda sorprende y llena de estupor es que un individuo de su catadura moral pueda estar, de nuevo, ocupando la presidencia del Gobierno de un país europeo y supuestamente democrático como Italia. Creo que es la peor evidencia del estado de podredumbre que en el que se encuentran algunas de las sociedades más desarrolladas.
Poco puedo añadir a lo mucho que se ha dicho y escrito sobre él. Sólo que nada de lo que pasa es nuevo, ni tan siquiera sorpresivo.
Las primeras referencias directas que tuve de Berlusconi se remontan al otoño del año 1985.
En aquél momento, con el apoyo de la Diputación Provincial de Barcelona, un grupo de gabinetes de prensa municipales, agrupados en torno a la ACIAL (Asociación Catalana de Informadores de la Administración Local), hicimos un viaje a Italia para conocer de cerca el fenómeno de las emisoras locales de radio y de televisión.
Ya entonces se nos habló de los tejemanejes de
Don Silvio para cercenar cualquier tipo de competencia en el sector audiovisual y cómo bloqueaba los derechos de emisión de cualquier producción nacional, o extranjera, medianamente interesante. Le importaba más bien poco aprovechar después ese material. El caso es que los demás no tuvieran acceso a él.
A partir de aquél momento Berlusconi ha sido una presencia constante, con sus actitudes groseras y chulescas, sus procesamientos judiciales, sus oscuros negocios, su machismo indisimulado, su utilización para beneficio personal de las estructuras del Estado italiano, su racismo incontestable, su connivencia con un neofascismo rampante y con los más rancios resortes del conservadurismo.
¡Y ahí está, al frente del Gobierno de Italia!. Ya lo decía el bueno de Obelix: ¡Están locos estos romanos!

viernes, 30 de enero de 2009

Cultura: ¿nuevo despotismo ilustrado?


La semana pasada estuve en Santiago de Compostela con motivo del congreso Lugares de Cultura. Creatividade para o desenvolvemento que organizó la empresa en la que trabajo, e-Cultura Net.

El programa del mismo me pareció sumamente interesante y algunas de las experiencias que pudimos conocer realmente muy atractivas: Baltic Center de Newscastle, las Maison Follie de Lille, Red Transversal de Catalunya y, sobre todas, las Bibliotecas Parque de Medellín.

Precisamente a raíz de estas últimas, surgidas de un amplio proceso de participación popular, en el que incluso los arquitectos tuvieron que concebir su trabajo a partir de un documento previo de necesidades y expectativas de las personas que vivían en la zona en la que se iba a instalar el equipamiento; retomé una reflexión que últimamente he hecho a menudo: ¿existe un nuevo despotismo ilustrado en el ámbito cultural y, sobre todo, a la hora de concebir espacios y equipamientos culturales?.

Lo digo porque cada vez más tengo la sensación de que muchos responsables culturales, a la búsqueda de su particular efecto Guggenheim, toman la decisión de crear equipamientos culturales singulares sin tener para nada en cuenta lo que pueda opinar la población que, en teoría, debe ser la principal usuaria y destinataria de la actividad de los mismos. Es decir, una nueva forma de hacer y ofrecer cultura a los ciudadanos, pero sin contar con ellos.

Se trata de hacer iconos de la modernidad, al margen de si estos cumplen o no un papel realmente valioso para sus teóricos destinatarios.

No digo que eso pase siempre, pero sí a menudo. Y si no, pensemos en la cantidad de obras faraónicas, firmadas por arquitectos de relumbrón, y que no han conseguido calar (y quizás ni se lo han planteado) entre la ciudadanía del lugar en el que están enclavados. Muchos son meros faros destinados a atraer la atención del turista, del visitante foráneo. ¿Es eso suficiente?. ¿No sería mejor, sin descartar lo anterior, que estuviesen realmente empeñados en contribuir al desarrollo social y cultural de su población más próxima, que al fin y al cabo es la que puede dar continuidad y dinamismo a su actividad?.

Bien, pues de eso iba en parte el congreso. Pero mi sensación de despotismo ilustrado se mantuvo.